Bodas virtuales en un website comercial

Probablemente San Miguel ostenta el curioso honor de ser la primera marca comercial del mundo en cuyo web (http://www.sanmiguel.es) se celebran bodas.  

Este es el último de los acontecimientos sociales que se están produciendo en San Miguel City, el site de la marca española de cervezas que, a los seis meses de existencia, se ha consolidado como una de las comunidades más dinámicas de Internet.

Con el objetivo de promover la relación social alrededor de la marca, San Miguel lanzó su ciudad virtual el pasado mes de octubre; un website de concepto cinematográfico en el que los usuarios pueden escoger uno de los personajes de la ciudad, ocupar su apartamento y vivir a través de él, y en tiempo real, los episodios de una intrigante historia que se desarrolla día tras día en sus calles, bares y salas. Los ciudadanos, provistos de su respectivo avatar, viven la historia a modo de juego de rol y han de superar distintas pruebas y misiones, y desentrañar así los enigmas que les permitirán conseguir el objetivo global: llegar al Otro Lado.

Más allá de lo novedoso de la idea, uno de los resultados más sorprendentes del proyecto es la fuerte relación social que la situación ha provocado entre sus "ciudadanos". Probablemente después de seis meses de compartir una experiencia en común, asumiendo un rol determinado y enmascarados tras una apariencia que permite el juego de la imaginación, los lazos entre la gente se han ido estrechando hasta el punto que son numerosos los usuarios que en medio de las vicisitudes del juego han encontrado su pareja virtual, muchos los que desean -sino exigen-  apartamentos especiales para compartir con su media naranja, e incluso en los dos últimos meses la celebración de 5 bodas virtuales que incluyen, como no, sus respectivas despedidas de soltero en alguno de los bares de la ciudad.

Al parecer lo que empezó siendo un web de comunidad de una marca de cervezas se está convirtiendo en un interesante experimento social, con una carga emocional que recuerda a las que se producen en fenómenos como Gran Hermano u Operación Triunfo. Con la diferencia de que, en este caso, el experimento es online y cualquiera puede entrar allí, vivirlo como protagonista y no limitarse a ser un simple espectador.

Sin duda una pista más de lo que nos puede deparar Internet en el futuro.