El que fuera en un tiempo un bonito humedal en el Delta de Nigeria, ha acabado por convertirse en un vertedero de contaminación como consecuencia de décadas de polución y negligencia de empresas y autoridades locales. Shell es una de las compañías petroleras que operan en la zona, donde ha habido más de dos mil vertidos tóxicos que han arruinado la vida de millones de personas. Para evitar que Shell se lave las manos tras este desastre, la oficina británica de Amnistía Internacional ha lanzado una impactante campaña con el fin de presionar a la compañía para que indemnice adecuadamente a los habitantes del Delta de Nigeria... Porque los vertidos de petróleo destruyen trabajos, futuros y sustentos.