Ante las confusas informaciones difundidas en el sentido de que la Generalitat de Catalunya se plantea redefinir el modelo de la televisión y radio públicas, renunciando a la mayor parte de la difusión publicitaria, el Col·legi de Publicitaris y RRPP de Catalunya a través de esta nota, quiere hacer pública su opinión al respecto, antes de que dicha iniciativa se materialice y concrete en todos sus aspectos. Las últimas declaraciones del Honorable Conseller en Cap a TV3 en el sentido más limitado de estas medidas, son tranquilizadoras. Aún así el Col.legi desea manifestar que estando de acuerdo en el fin que se ha alegado para tal remodelación, favorecer la competitividad de los medios privados catalanes, no compartimos la vía pretendidamente elegida ya que el CPRPC considera que la eventual desaparición de la publicidad por parte de la Corporació Catalana de Radio y Televisió de Catalunya sería contraproducente en muchos sentidos, tanto para los usuarios, como para el conjunto de la sociedad:
1. Discriminación competitiva para los anunciantes de Catalunya.
Aquellas empresas y anunciantes regionales de Catalunya que sólo puedan acceder a sus públicos anunciándose a través de una televisión autonómica verán cercenadas sus posibilidades comerciales de crecimiento, ya que no todas las cadenas estatales públicas y privadas tienen "desconexiones" en Cataluña. No podrán acceder al actual 26,6% de la audiencia televisiva de Catalunya y salvo que TV3 y C33 reduzcan su actual audiencia mayoritaria en favor de las privadas, la menor competitividad de aquellas empresas con mercado exclusivo catalán será un hecho inevitable.
2 Aumento del gasto público.
En tercer lugar, los ingresos de publicidad deberán ser sustituidos necesariamente por gasto publico, o lo que es lo mismo, por más impuestos indirectos o específicos, lo cual solo beneficiará a los medios privados, de Catalunya, si, pero también de fuera de Catalunya.
3. Renuncia a un instrumento de educación cívica.
Siendo la publicidad un instrumento reconocido por los gobiernos de todo el mundo como la vía educadora más rápida y barata a la hora de sensibilizar a la sociedad en temas como la educación cívica y la salud entre otros, no se entenderá que se pretenda renunciar a este formidable instrumento en los medios públicos, precisamente por quien es responsable de las políticas de información.
4. Debilitamiento de la industria cultural.
Igualmente, entendemos que no debe excluirse la publicidad del medio público, actualmente líder de audiencia, porque es soporte económico de otras industrias culturales como el cine y la de contenidos, que son imprescindibles para el país y que no andan sobradas precisamente de salud económica.
5. El catalán, excluido de la audiencia publicitaria mayoritaria.
No es menos importante el perjuicio que se produciría al catalán como lengua publicitaria, uno de los aspectos de la normalización plenamente conseguidos. La ausencia de la publicidad en los medios públicos catalanes sería una anomalía importante, ya que equivaldría a la practica desaparición de la lengua propia en un sector económico y cultural, el publicitario, de enorme trascendencia.
6. Un paradójico aumento de la saturación publicitaria.
El CPRPC se ha manifestado reiterada y públicamente en contra de la saturación publicitaria o excesivo "ruido publicitario" y muy especialmente en los medios audiovisuales por ser este claramente perjudicial para todos. Para los usuarios, ya que les molesta; para los creativos publicitarios, pues hace empalagoso nuestro trabajo; para los anunciantes, ya que debilita la eficacia de su inversión.Y aún para las mismas emisoras puesto que pierden finalmente su audiencia. Sin embargo, los anuncios no emitidos en la TV pública, pasarían inevitablemente a saturar todavía más los otros medios, incrementándose el "ruido publicitario" y molestando todavía más al conjunto de la audiencia, cuya protección es competencia del Gobierno.
7.En la dirección contraria del ideal de independencia.
Siempre se ha afirmado que la publicidad contribuye a una mayor independencia política de los medios. Hacer depender exclusivamente a los medios públicos del erario público, podría alejarnos más todavía del ideal deseable.
8. Dudas sobre la eficacia del modelo. Y finalmente la motivación para la reordenación propuesta, en el sentido de aumentar la competitividad de los medios catalanes, es algo que no podemos discutir puesto que es algo que no ha sucedido. Pero habría de considerarse que si bien a corto plazo pueda efectivamente mejorar los ingresos de estos, (aumentando, eso sí, la saturación publicitaria) a largo plazo otras cadenas de televisión, no necesariamente catalanas, suplirán el hueco dejado por TV3.
Conclusiones: