Una primera revisión de los indicadores del nuevo informe de perspectivas de consumo de Millward Brown apunta a: un deterioro de las economías familiares, hasta ahora red de seguridad de muchos hogares; una visión muy pesimista sobre el futuro económico del país; y un creciente atractivo por las marcas de distribución, que cada vez alcanza a un mayor número de segmentos de nuestra sociedad.
Pero la gran novedad de este informe es encontrarnos con un deterioro muy acusado en la valoración para la realización de compras de bienes y servicios, tanto a corto como largo plazo. El consumidor se ha visto obligado a ir un poco más allá en el continuo que viene recorriendo en relación al consumo y su forma de desarrollarlo. Así, después de abandonar el “consumo despreocupado” del pasado (muy pasado), el posterior “consumo selectivo”, donde se imponía esfuerzos para permitirse ciertos “caprichos” e incluso el posterior “consumo racional”, ahora parece emerger una figura que podríamos denominar como “no consumidor irracional”. Es decir, incluso aquellos que no han sufrido cambios dramáticos en su situación económica, tienen su consumo atenazado por las incertidumbres futuras.
Además, se han introducido en este informe algunas reflexiones sobre el camino de la recuperación y cuál es el papel que las marcas tienen a ojos de los consumidores. Podéis acceder al informe completo visitando el blog de Millward Brown Iberia.