“Adoro la idea de un coche que viaja en el espacio hacia el infinito y que quizá será descubierto por una raza extraterrestre dentro de millones de años", imaginaba el año pasado Elon Musk. Dicho y hecho, ayer pudimos ver cómo el cohete Falcon Heavey despegaba con éxito desde Cabo Cañaveral (Florida) con un coche Tesla en su interior. Un maniquí, vestido de astronauta, se sentaba al volante del vehículo en clara referencia a la legendaria canción de David Bowie, “Starman”.
Además de su incuestionable impacto mediático y publicitario, este viaje pretende probar si el Falcon Heavy, con una capacidad de transporte de 66 toneladas, puede servir para transportar carga útil al espacio. E incluso, humanos, ya que la imaginación de Musk no parece tener límites.