Pasajes de "El amante de Lady Chatterley" fueron impresos a lo largo de un muro de uno de los Fnac de París. Los clientes eran animados a acariciar las palabras con sus manos. Gracias a un sensor de movimiento oculto, los dedos de los clientes activaban una grabación en la que una voz femenina leía el texto a medida que iba siendo acariciado. Y así, entre susurros y caricias, los clientes eran guiados a la sección de literatura erótica del establecimiento.
Esta acción fue llevada a cabo por la agencia Marcel de París y logró que 28.838 manos acariciaran el texto de "El amante de Lady Chatterley" en una semana. Y, lo más importante, las ventas se vieron incrementadas en un 14%.