En el año 1964 Franco inauguraba el Centro de Televisión de Prado del Rey, un primer paso en el llamado Plan Nacional de Televisión entre cuyas mejoras se contemplaba la instalación de doce emisoras en capitales de provincia con servicio deficiente, la duplicación de la red de enlaces y la producción de programas cinematográficos con miras a entrar en el mercado hispanoamericano. Además, el Plan incluía la adquisición de material técnico y medios de producción ?con una inversión de más de 350 millones de pesetas-, así como las primeras experiencias de televisión en color. Así es, amigos, el color seguía siendo una asignatura pendiente en la España de principios de los años 60 y, en vista de los anuncios de las retransmisiones en directo de partidos de fútbol como la gran novedad del momento, aún quedaba mucho más por hacer.
El caso es que Control acudió al acto de inauguración de este nuevo centro y recogió las palabras de un más que satisfecho Manuel Fraga, por aquél entonces Ministro de Información y Turismo-: "se ha llegado a superar en cuanto a horas de programación, no sólo el promedio europeo, sino a cadenas y organismos de televisión tan importantes como los de Inglaterra, Francia y Alemania". Y, claro, si lo decía un alto representante de la dictadura franquista, habría que creérselo. "Además, hemos conseguido pasar de 10.000 televisores en 1956 a 300.000 en 1961, y a 1.100.000 estimados para el 1 de julio de este año 1964", continuaba el señor Fraga. Lo dicho, ante semejantes cifras, aún estábamos en pañales en lo que a la explotación del potencial televisivo se refería.