La Biblioteca Nacional de Francia puso en marcha a principios del mes de mayo una acción de guerrilla que brindó la posibilidad al público de comprometerse en la lucha para la abolición de la pena de muerte -vigente en 58 países-. Dos pantallas, una enfrente de la otra y separadas por un pasillo, proyectaban dos escenas dramáticamente vinculadas: por un lado, un soldado sostenía un arma y, por el otro, un condenado a muerte agachaba la cabeza ante su inminente ejecución. Un vinilo pegado en el suelo, en un punto medio entre ambas pantallas, invitaba a los espectadores a situarse entre el soldado y su víctima para detener la ejecución. Además, el código QR que aparecía en el vinilo invitaba a todos los participantes a firmar una petición para abolir la pena de muerte en el mundo.