La AEAE se disuelve para entrar en la MPI

La Asociación Española de Agencias de Eventos ha celebrado su Asamblea General Anual para hacer balance del año 2005 y, entre otras cosas, evaluar la evolución del mercado de eventos en España.

La información contrastada en el encuentro desveló que el sector sigue creciendo y está entrando en una fase de maduración, lo que evidencia que el pronóstico anunciado por esta institución ya cuando nació ahora hace ya cuatro años, era acertado.

“En estos cuatro años desde su fundación se han alcanzado muchos de los objetivos marcados.

Se han fortalecido los instrumentos contribuyendo a que las agencias miembros actúen con la máxima profesionalidad.

Se ha trabajado en mecanismos que acotan el intrusismo, si bien es éste un sector muy atomizado; se han promovido seminarios de formación continuada, se ha protegido la creatividad entre las agencias miembro desde la lealtad y el respeto; y se ha consolidado una imagen de valor en el trabajo de los miembros.

Complementariamente, y de manera destacada, se ha promovido la cooperación en equipo a través de una Asociación ágil y en constante interactividad entre todos sus asociados”, explica Juanjo Duelo, presidente de la AEAE.

Una de las inquietudes y vocación de todas las agencias miembros de la AEAE, ha sido la orientación internacional.

“El mercado globalizado también afecta a una actividad en la que cualquier operador o agencia profesional local puede verse obligada a organizar un evento global.

Por tal motivo se han ido estableciendo relaciones y vínculos internacionales para aumentar el prestigio y la capacidad de los asociados”, añade Juanjo Duelo.

Este necesario enfoque internacional ha influido necesariamente a la AEAE a tomar la pragmática decisión de disolverse, en favor de sumar sus miembros a la mayor asociación de profesionales de eventos del mundo, MPI (Meeting Professionals Internacional), organización presente en 52 países y con más de 19.000 miembros asociados, que recientemente ha constituido el capítulo español.

Decisión que fue aprobada por unanimidad en la citada Asamblea General.