Bajo la idea creativa de la agencia DraftFCB Chicago (USA), Windex colocó en las calles a dos operarios –con un mono con el mensaje "Glass so clean it's invisible" (“Los cristales limpios son invisibles”) trasladando un cristal gigante (o al menos eso parecía) y grabaron las reacciones de los ciudadanos.
El resultado: miles de consumidores no vieron nada y se marcharon pensando que habían visto un cristal tan limpio que parecía invisible.
Esta performance se organizó durante una semana en Michigan Avenue de Chicago en las horas punta del día.