Ahora que se ha apagado la voz de Miguel Delibes, nos queda su eco que resuena por toda la patria cervantina, el eco de su castellano –por una vez vamos a llamar a las cosas por su nombre– castellano de Castilla, el eco de la ecología, esta reivindicación del hombre y la naturaleza que fue su mensaje cuando le hicieron académico, reconciliación en la que posiblemente no creía o sencillamente le parecía una ucronía, pero que quiso defender agónicamente, esto es luchando con la palabra, y en El Principio fue el Verbo etc. etc. Verbo seco, sobrio, cortante como el frío de la sierra, pero a la vez paciente como el cazador al alba y contundente con su adjetivo siempre certero como el eficaz disparo que abate la presa de la palabra guardándola en el zurrón de la magna literatura.
A nosotros los del oficio, cazadores de marcas, emigrantes de la literatura, naúfragos del consumo que de todo se encuentra en el camino de Daniel el Mochuelo, el mensaje preceptivo de Cecilio Rubes que escribe la precuela de la campaña publicitaria de Roca made in Casadevall y Pedreño: "Señora el mejor perfume un baño de la bañera Rubes" (slogan) y "El anuncio podría ser el dibujo de una bañera Rubes y de pie en ésta una señorita desnuda" (icono).
Con su trasfondo de marketing como debe ser, puesto que el imaginativo Cecilio Rubes entiende que después de las austera cisternas Wc procede fabricar bañeras –principios siglo XX. Y para que no falte nada Cecilio Rubes hace un diagnóstico de plena actualidad. "El problema no está" –dijo Cecilio Rubes– "en el dónde debe hacerse la propaganda, tanto como en el cómo debe hacerse la propaganda” (“Mi idolatrado hijo Sisi”). Pues eso. Propaganda fide. La fe que tenía Miguel Delibes en la propagación de la palabra.
Amén