Se sabe que algunas plataformas como Instagram están explorando su propio producto de influencia directa, que podrían incorporar en sus herramientas de compra de anuncios. Otros como Facebook ya han incluido el cumplimiento de la FTC en la plataforma para cualquier contenido patrocinado, incluido el trabajo de ‘influencers’, aportando controles de seguridad integrados que pueden alertar e incluso suspender a estas personas automáticamente ante signos de actividad fraudulenta.
Además, podemos asegurar que ya existe una nueva generación de ‘influencers’ que desafían la autenticidad: los ‘influencers’ virtuales y las simulaciones gráficas por ordenador, que han llegado a plataformas como Instagram, lo que demuestra la capacidad de satisfacer las necesidades de marketing de una marca a través de personas influyentes personalizadas diseñadas ad-hoc para una marca específica.
Con historias personalizadas, estos influenciadores virtuales ofrecen a las marcas un mayor control sobre la narrativa sin tener que lidiar con los requisitos asociados con el talento del mundo real. Para algunos, esto podría ser una opción lucrativa, pero aún está por verse si estos influenciadores de tipo avatar reemplazarán a los influyentes del mundo real, muchos de los cuales tienen conexiones muy arraigadas con sus seguidores.
En Wavemaker desarrollamos un estudio sobre la repercusión del marketing de influenciadores del que podemos destacar algunos datos muy relevantes. El 88% de las marcas consultadas por WM confirmó que sus estrategias con influenciadores son efectivas para crear conciencia; el 53% dijo que los influyentes eran efectivos para impulsar las ventas; el 65% dijo que los influenciadores fueron efectivos para aumentar la lealtad de los clientes; y el 39% de las marcas confirmó que en 2018 han aumentado el gasto en influenciadores. Con estos datos queda claro que no podemos dar la espalda, hoy en día, a este tipo de estrategias.
En definitiva, la distinción entre ‘influencer’ y marca es cada vez menos clara. De hecho, algunos influencers han lanzado sus propias líneas de producto. Ya no es el chico nuevo de la oficina, sino que los influencers se han convertido en marcas por derecho propio.
Por Cristina García, Digital Director de Wavemaker.