La SEPI (Sociedad estatal de Participaciones Industriales) que es propietaria del 95,7 % de las acciones de RTVE, ha afirmado que el modelo de la Corporación es obsoleto, puesto que no han sabido adaptarse al cambio de hábitos de los usuarios ni a un entorno audiovisual en transformación. La SEPI cuestiona el modelo de financiación aprobado en 2009 por el gobierno socialista de Zapatero, por el que suprimió la publicidad y a cambio se impuso la tasas de los operadores de telecomunicaciones y a la televisión privada.
Siempre nos preguntábamos tras la supresión de la publicidad como resolvería TVE sus espacios de continuidad, para lo que servían magníficamente los bloques publicitarios. Primero lo hicieron con autopromociones, después vinieron las promociones de los programas patrocinados, patrocinios culturales. Ahora nos encontramos con que todos los programas son culturales o susceptibles de patrocinio cultural.
Es verdad que el concepto de cultura es muy elástico: si hasta se habla de “una cultura de la violencia” - lo menos cultural que hay si identificamos cultura y civilización. Y en justa correspondencia todas las marcas, al margen de la naturaleza de su producto, patrocinan programas “culturales”. Se supone que se mide en términos de audiencia su eficacia al margen o prescindiendo de su idoneidad.
Pero por lo visto, este modelo de financiación no funciona o no funciona suficientemente, con lo que vista la crítica situación económica por la que atraviesa el Ente, no es de extrañar que se plantee la vuelta de la publicidad. Descubrimiento tardío, ya que todos saben que el ser de la televisión es la publicidad... o la propaganda.
Enrique Nebot