El pasado mes de abril Uber compró por 172 millones de euros Jump, un servicio de bicicletas eléctricas compartidas que ya opera en ocho ciudades de Estados Unidos y que pronto aterrizará en Berlín.
Con esta adquisición, Uber pretende seguir ofreciendo a los usuarios alternativas de movilidad más allá de los coches. "Estamos dispuestos a sacrificar la economía por un mayor compromiso a largo plazo. A lo largo de mi carrera he aprendido que el compromiso a largo plazo gana guerras y, a veces, vale la pena perder batallas para ganar guerras", apuntaba Dara Khosrowshahi, Consejero delegado de Uber, tras admitir que la inclusión de bicicletas eléctricas supondría un nuevo "golpe financiero" para la empresa que el pasado año sufrió pérdidas de 4.500 millones de dólares.
Además de su icónico color rojo, las bicicletas Jump cuentan con un impulso eléctrico de hasta 32 kilómetros por hora y se podrán desbloquear a través de la propia app de Uber.