No hay más que ojear los periódicos: el caso de “La manada” o las denuncias de acoso sexual a Harvey Weinstein... ¿Qué les pasa a los hombres que a las mujeres no les pasa? ¿Qué es lo que falla? ¿Por qué la sociedad en general ha normalizado estos comportamientos? Quizás debamos pararnos, reflexionar sobre qué clase de educación reciben los hombres, qué estereotipos caducos les transmitimos, por ejemplo, en la publicidad: hombres perfectos y seguros de sí mismos que desean conquistar, triunfar; que ante cualquier obstáculo siempre disponen de poder o fuerza para superarlo; son hombres que no obtienen un no jamás.
Parece que los hombres no se frustran porque siempre consiguen lo que quieren. Nuestros hijos varones aprenden pronto a bloquear cualquier rasgo supuestamente femenino: la empatía, la expresión de los sentimientos, el cuidado mutuo. Aunque desde casa les eduquemos en igualdad, ahí fuera no dejan de escuchar que tienen que “ser un hombre”. Y ese “ser un hombre” equivale a ser fuerte, duro, insensible.
Los estereotipos nos limitan a todos, tanto a hombres como a mujeres, cuando todos y todas somos seres con infinitas posibilidades, no existen rasgos específicamente masculinos o femeninos. Querer ser bombero o bailarina no viene impreso en los genes, es una cuestión educacional. Si queremos una sociedad de hombres y mujeres libres, conscientes e iguales hay muchas cosas que cambiar, y la publicidad es una de ellas. Debemos trabajar bajo otros modelos para ser partícipes de un cambio social. Me gusta especialmente la campaña de Axe “Is It OK for Guys?” de 72andsunny. Es una campaña valiente que ayuda a los chicos adolescentes a replantearse los estereotipos de “macho” y reafirmar la diversidad de la masculinidad.
Por Susana Pérez, directora creativa ejecutiva de Proximity Madrid.