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"Yo reivindico la chorrada", Joaquín Reyes

'Yo reivindico la chorrada', Joaquín Reyes
Viernes, 30 de diciembre 2022

Además de humorista y escritor, Joaquín Reyes es también el cómico que ganó un Premio Efi con su personaje de Enjuto Mojamuto para Movistar, un hito para el branded content que demostró que los creadores pueden convivir con los creativos en la nueva era de la publicidad.

Ctrl.- Presentas ‘Pobre Diablo’ estos días. ¿Qué es?

Joaquín Reyes.- Es una serie de animación para adultos, producida por Buendia Estudios para HBO Max. La primera temporada tiene ocho capítulos de 20 minutos cada uno. Se podría decir que es la primera serie de animación para adultos del mercado latino, sin pretender ser grandilocuente. La historia que cuenta es la continuación de la película “La semilla del diablo”. Ese niño ha crecido y está a punto de llegar a la mayoría de edad diabólica, y tiene que hacer frente a su destino, que es acabar con la humanidad. Pero él tiene otros planes. Quiere bailar y cantar en musicales de Broadway. Transcurre en Nueva York, que es donde Satán le ha enviado para que estudie a la humanidad y vaya pensando un poco en cómo desatar el Armagedón.

Has dicho que es animación para adultos: ¿los referentes son Los Simpson o South Park?

Sí, y alguno más como Rick and Morty o Bob´s Burgers. Estamos viviendo un buen momento de este tipo de series y nosotros vamos en esa línea.

Es un humor bastante transgresor y hasta políticamente incorrecto ¿No dicen que son malos tiempos para tocar ciertos temas, y que hay más tabúes que nunca? ¿Tú notas hostilidad hacia los cómicos que se atreven con este humor?

De verdad que no. Lo que ocurre es que las redes sociales han cambiado la manera en la que se critica todo. Puede que estemos en una época en la que algunas de esas críticas se expresan de manera inadecuada, con un tono muy ofendido. Pero a mí no me parece necesariamente malo que el humor se pueda criticar. Si a alguien le parece mal una broma no me parece mal que lo diga.

Pero se están haciendo cancelaciones, boicots o escraches a algunos cómicos ¿eso no es ir más allá de expresar una crítica?

En este país no está pasando eso. Puede que algunos cómicos hayan cambiado de trabajo, de un sitio a otro, por temas de estos, pero eso no es cancelación. A veces cuando hablamos de esto mezclamos muchas cosas. La censura la ejerce el poder. Eso por definición. Lo que está pasando es que la sociedad ha cambiado, se expresa de otra forma, y algunas bromas se han quedado anticuadas, sientan mal a alguna gente y esa gente lo dice. En cuanto a la creación o lo que se puede decir o no, yo no tengo la sensación de estar peor que hace veinte años. De hecho, ahora se pueden tratar temas que estaban prohibidos hace veinte años, como la monarquía.

¿Nunca te has visto metido en uno de estos problemas, por hacer un chiste o un sketch?

No, la verdad. Por completar este tema de lo que está pasando en la sociedad ahora, yo diría que a veces se hacen chistes en espacios públicos que se pueden malinterpretar porque quien los hace no tiene la complicidad de la gente. No es lo mismo que hacerlo en un teatro donde han ido a verte. Hay espacios en los que se asume que se van a escuchar bromas incorrectas, como por ejemplo en un espectáculo de Ricki Gervais. Si vas a verle, sabes que va a trasgredir y a pasar todos los límites. Pero esas bromas en otro espacio no funcionarían. Eso es lo que está pasando a veces, que se hacen en lugares donde no existe esa complicidad con la audiencia.

Has hablado de que la sociedad ha cambiado y el humor también ¿crees que a ti te puede pasar lo mismo que a cómicos como Martes y Trece o Torrente, que ahora se revisan y ya no tienen gracia e incluso se critican?

Por supuesto que sí. Hay bromas mías de hace años que ahora no haría, porque han envejecido mal. Nadie está libre de eso. La sociedad ha cambiado mucho y en muchos aspectos considero que ha mejorado.

Hay cómicos como John Cleese que se están posicionando muy en contra de la cultura de la cancelación, dicen que es la muerte del humor ¿conoces esta cruzada?

John Cleese es un tipo muy conservador que habla de lo mal que están estos tiempos, pero él ya se tuvo que enfrentar a la iglesia anglicana y la católica por haber hecho “La vida de Brian”, una película estrenada en los años 70 del siglo pasado. O sea, que tampoco habrá cambiado tanto la cosa. Pero bueno, él tiene su opinión… también está a favor del Brexit, ¿qué quieres que te diga? Puede que esté equivocado.

¿Y por qué se dice siempre que el humor irónico e inteligente es el inglés, mientras que el español es el chabacano y costumbrista? Nosotros tenemos una tradición que se remonta al Siglo de Oro y demuestra que nuestro humor no siempre ha sido así de vulgar.

Estoy de acuerdo. Me parece una forma de simplificar mucho los rasgos del humor. Hay algo de verdad en que el humor inglés es irónico y que a nosotros nos gusta la escatología. Pero en España también podemos ser finos e irónicos. Si echas la vista atrás te encuentras ejemplos muy brillantes, como Jardiel Poncela, Ramón Gómez de la Serna o Gila, que hacían un humor con distintos niveles de lectura y cada uno se podía quedar con el que quería.

Hace poco fuiste comisario de una exposición sobre el humor absurdo en la que se demostraba con ejemplos que este tipo de humor tiene muchos orígenes en cómicos españoles. Sin embargo, se nos sigue considerando costumbristas.

Seguimos siendo costumbristas porque nos gusta mucho. Es un humor que no está nada mal. Pero luego tienes ahí a gente como Faemino y Cansado, por poner un ejemplo muy representativo del humor absurdo, que demuestra que sigue teniendo vigencia, que trasciende generaciones. Ellos hacían lo que a mí me gusta, que es mezclar el costumbrismo con el absurdo. También lo hizo Gila o José Luis Cuerda.

¿Para qué crees que puede servir el humor en estos tiempos de tanta crispación pública?

El humor es algo que nos une bastante. Es verdad que estamos en un tiempo de mucha crispación y polarización. Se niega el matiz de las cosas. Todo tiene que ser evidente. Pero el humor nos ilumina mucho y yo siento que la sociedad quiere mucho a los cómicos. Se nos percibe como amigos, y yo recibo mucho cariño en general.

Pero tu humor no es siempre amable, muchas veces es crítico ¿no?

A mí me gusta la mezcla del costumbrismo con el absurdo. Lo que yo pretendo es hacer reír a la gente con chorradas. Me gusta que haya distintas capas en todo. Una primera, bastante eficaz, y luego ya, dependiendo del público, puede haber otras miradas que descubran más cosas en lo que hago, pero realmente yo reivindico la chorrada, la tontuna.

Hay gente que está utilizando el humor casi como herramienta política, algunos monólogos parecen discursos o arengas ¿qué te parece esto?

Me parece bien que el humor tenga un mensaje. Lenny Bruce, por ejemplo, era un activista. Luego cada uno tiene que ser responsable de sus bromas. No puedes decir “es que es humor” para no hacerte responsable, como si el humor fuera algo intocable o sagrado. No. El humor se puede criticar como todo lo demás, y tampoco está mal que revises lo que dices. Cuando ofendes a alguien que no querías ofender es que algo ha fallado. En cambio, cuando ofendes a quien querías ofender, no hay ningún problema. Hay colectivos a los que se ofendía constantemente y como no tenían voz no podían decir nada. Se perpetuaba la ofensa en una sola dirección. Me parece muy bien que ahora también puedan hablar y decir lo que quieran, que algo no les gusta, o que ellos o ellas también quieren hacer sus bromas. Hasta hace dos veranos estábamos en el debate sobre si las mujeres son graciosas. Algo que parece de la Edad Media. Unas serán graciosas y otras no, como con todo. Estirando el chicle ha llenado el Wizink Center, eso no lo ha hecho nadie más, que yo conozca.

Has participado en algunas campañas de publicidad muy conocidas, y con una de ellas ganaste el EFI, pero no eres un creativo publicitario, sino un creador de contenidos ¿Hasta qué punto permites que se metan en tu labor de creador cuando haces publicidad?

Tampoco he tenido una gran carrera publicitaria, pero algo sí he hecho. Creo que hemos tenido suerte porque normalmente el cliente cuando nos ha llamado para hacer algo confiaba en lo que hacíamos y quería que tuviera nuestro estilo. Supongo que las marcas saben que un anuncio original y creativo es mejor para ellos. Puede ser una obviedad, pero creo que por eso nos han dejado trabajar con bastante libertad cuando hemos hecho publicidad.

¿Te gusta la publicidad?

Sí, claro. Yo estudié diseño gráfico, que está muy vinculado a publicidad, he visto muchas bobinas de publicidad, tengo amigos en agencias y es un mundo que siempre me ha llamado mucho la atención.


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