En Sudáfrica hay más de 100.000 especies diferentes de insectos, muchos de los cuales se cuelan en las casas y establecimientos públicos para campar a sus anchas. Para dar a conocer a los consumidores su poder mortífero, la marca de insecticida Doom puso en marcha una acción de guerrilla inspirada en el arma más popular para acabar con tan molestas criaturas: el zapato.
Los chicos de la agencia TBWA/Hunt/Lascaris construyeron un envase de Doom de 22 metros de altura a base de zapatos reales. Cada zapatilla de deporte, zapato de tacón o bota constituía un pixel individual del clásico Doom Super. Y es que, si un zapato es mortal, imaginad el efecto de cientos de ellos.
Ficha técnica