Muchas veces la publicidad se dota de nombres y conceptos grandilocuentes como 360 grados, integración, engagement… y se olvida de lo que siempre ha sido: un valor añadido para la comunicación de un cliente.
Lina Nadal y José Olivares, tras trece de años de experiencia en agencias de gran tamaño de nuestro país, llegaron a esta misma conclusión y decidieron volver a los orígenes de la publicidad y formar su propia agencia: Margarita. Detrás de este nombre hay una agencia de ideas que quiere trabajar y dar servicio a cualquier cliente.
“Nuestro objetivo al crear la agencia fue convertir todo lo que nos interesa en trabajo”, nos comenta José Olivares, el 50 por ciento de Margarita. A través de una estructura modular, que se adapta a las características de cada proyecto, José y Lina quieren hacer tangible la publicidad a cada cliente, sin importar su procedencia.
Para ellos, esto significa recuperar las bases del oficio y volver a la época en que la publicidad tenía mucho que ver con el trabajo artesanal y con el trato personal entre anunciante y agencia.
Bajo el nombre de Margarita “porque esta flor es la que dibuja un niño en un bloc”, Lina Nadal y José Olivares, tras su paso por agencias como McCann Erickson, Delvico Bates, Ogilvy, Arista o Grupo Barro, han empezado a operar como las cabezas visibles de esta agencia que ofrece creación y generación de proyectos no restringidos únicamente al ámbito publicitario sino también a otros tales como el artístico, cultural, literario, fotográfico, audiovisual, gráfico…