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"Más que amenazada, la democracia está estresada"

'Más que amenazada, la democracia está estresada'
Viernes, 16 de septiembre 2016

"La prensa y la política se hacen daño, pero se necesitan", nos cuenta Mario Riorda, consultor en estrategia y comunicación para gobiernos y partidos de América Latina, con el que hemos charlado sobre el poder de los medios, el auge de los populismos y los peligros que amenazan a la democracia.

Ctrl.- Con la crisis económica, la revolución tecnológica y los nuevos hábitos de consumo de la información y entretenimiento, los medios de comunicación están cambiando su modelo de negocio ¿Crees que esto está cambiando también la relación de la prensa con los políticos?

Mario Riorda, consultor de estrategia y comunicación para gobiernos y partidos de América Latina.- Por supuesto, desde todo punto de vista. Cuando hablamos de la transformación de los modos de representación y la nueva comunicación política es necesario considerar a la prensa como primer objeto de estudio. La relación entre la política y la prensa ha sido siempre de gemelas siamesas, como se dice en el mundo anglosajón. Es decir, se hacen daño pero se necesitan. Sin embargo, esta relación tiene ribetes sumamente interesantes ahora. Antes la prensa era la dadora de la reputación del otro y hoy es un actor más dentro de la política que da y recibe reputación. Es un agente más, y también ha descendido en reputación y aprobación popular. Ahora se los percibe como actores de su propia política. Antes era bastante incómodo reconocerlo a nivel público, pero hoy ya no lo es y se acepta. Es un actor, reproductor y mediador de la política. Un actor político que tiene una función de confrontación de los temas de la agenda pública frente a los políticos y frente a la ciudadanía.

Ctrl.- En este congreso se ha llegado a decir la prensa ha sido muy responsable en el resultado del referéndum del Brexit. Un experto británico ha dicho que Murdoch ha actuado como un verdadero antisistema ¿sería un ejemplo de participación política?

Mario Riorda.- Sí, y por eso la prensa está sujeta a una crítica política. Ahora podemos decir que la prensa ha contribuido al Brexit pero también decimos que es prensa-basura. La línea editorial de los medios es básicamente ideológica, tan fuete o más que la de un partido político. Esta funcionalidad, que siempre ha existido, ha crujido ahora y ha aflorado de un modo más evidente. Lo que antes era implícito, ahora es una actuación explícita.

Ctrl.- Tal vez por eso hay partidos que están intentando introducir en el debate político la posibilidad de intervenir la prensa desde el estado, pero siempre se choca contra el principio de la libertad de prensa y ahí acaba del debate.

Mario Riorda.- Las izquierdas nacional populares en América Latina están en ese proceso y parte de las derechas tienen a la prensa como oposición. Hay denuncias de ataques a la libertad de prensa, algunas con fundamento, pero creo que básicamente es una manifestación que evidencia lo que antes se daba de manera subterránea y ahora es público. Es decir, que nada de esto es inocente o neutral. Los medios juegan a la política y actúan en ella.

Ctrl.- Se está hablando mucho de populismo. Sin embargo, parece que no ha una única definición de este concepto. ¿Es un fenómeno de comunicación?

Mario Riorda.- Un populista es un líder que aprovecha las instancias de comunicación para competir en la definición de la agenda pública. Y lo hace de un modo no convencional;  muchas veces no solo pujando con la agenda sino con las propias instituciones. Hasta el punto que puede quebrarlas en algunas instancias. El líder populista es alguien que articula opuestos, que articula diferentes, que consolida un espacio que sitúa en el mismo lugar a los que antes eran opuestos. La comunicación le ha permitido dar un nuevo significado a la idea de pueblo, lo ha dotado de contenido, lo ha empoderado como un actor receptor y protagonista de las políticas públicas. Por izquierda y por derecha el populista rompe con la comodidad del status quo dominante, y hay experiencias que ha tenido valoración en la opinión pública. No es sencillo definir el populismo.

Ctrl.- ¿Se podría hacer un paralelismo entre lo que vivimos ahora y otros momentos de la historia, como el principio del siglo XX en que también hubo una crisis económica y aparecieron populismos que cuestionaban el sistema?

Mario Riorda.- Sin hacer la comparación, se puede decir que los populismos aparecen en situaciones de alto nivel de descontento ciudadano con el sistema tradicional. De hecho, los líderes emergentes lo son en tanto en cuanto puedan diferenciarse de algo. El populismo parte básicamente de un concepto de confrontación con algo. Hay situaciones previas que lo favorecen, que tienen que ver con la desafección política, manifestada con violencia verbal contra el sistema político. Es decir, un acto violento-reactivo contra el sistema. La actuación comunicacional del líder populista consiste en articular opuestos en este contexto de descontento masivo.

Ctrl.- En España el debate político se está concentrando más en los candidatos que en las ideas. Se habla de si los candidatos son de fiar, si están preparados, si gustan o no gustan… no tanto de su ideología ¿es este otro fenómeno de comunicación? ¿hay desideologización de la política?

Mario Riorda.-  Lo comparto solo en parte. Es cierto que asistimos a una hiperpersonalización. Hasta el extremo de que antes el partido elegía a su lider y estamos llegando a un punto en el que el líder elije a su partido. Incluso hay líderes sin partido, con lógicas de articulación ciudadana. Líderes que, aunque luego deban presentarse con un partido, lo trascienden. Esto es interesante verlo en Europa porque en América ya lo hemos visto antes. No creo, sin embargo, que haya una desideologización. Pongamos el caso de un líder polémico como Hugo Chávez, que era el extremo de la personalización pero no carecía de ideología. Más que con el populismo, la desideologización tiene que ver más con el centro derecha convertido en zona de confort para eludir la autodefinición ideológica. La mayoría de los hitos ideológicos los establecen las izquierdas

Ctrl.- En la izquierda se habla ahora de que se ha perdido el voto que tenían asegurado por la “conciencia de clase”. Hay un debate en torno a esto ¿qué opina?

Mario Riorda.- Está claro. Se ha perdido la conciencia de clase, pero no la referencia respecto a algunos temas como “¿más estado o menos estado?”, “¿más autonomía o más centralismo?” “¿aborto sí, aborto no?”. Por tanto, hay otro tipo de cribajes. Yo creo que la ideología se ha simplificado en modelos binarios.

Ctrl.-  Por decirlo en términos publicitarios, en política parece que hay buenos productos que tienen mala comunicación, como por ejemplo la Unión Europea, que los británicos han rechazado. En España pasa con la Transición política. ¿Otra cuestión de comunicación?

Mario Riorda.- A la Unión Europea le ha lastrado la imagen de mastodonte burocrático. Y encima amenazan con sanciones a los países, como ha ocurrido recientemente con el posible castigo por el déficit a España y Portugal. ¿Un país que viene de una recesión y ahora le sancionan después de tantos esfuerzos por superarla? eso se percibe como una decisión tecnocrática y se comunica también de manera tecnocrática. Duele y se reacciona negativamente. ¿Existen beneficios asociados a la UE? Sí, sin duda, pero en esa comunicación fría el beneficio no se ha trasladado. Se les percibe como una élite. El Bréxit ha sido un voto antisistema contra todo esto. Ha sido una campaña emocional sobre el miedo a la pérdida. Frente a un beneficio intangible y mal comunicado (el de la pertenencia) se mostraba la realidad cercana de la gente que pierde lo poco que tiene.

Ctrl.- En algunas de las ponencias de este congreso se habla peligros que amenazan a la democracia ¿hasta ese extremo hemos llegado?

Mario Riorda.- Más que amenazada, la democracia está estresada, conmovida. Tiene que reajustar engranajes porque las respuestas no están llegando como los ciudadanos las exigen. Cuanto más se abre un gobierno a la sociedad, más demandas genera en su ciudadanía, y cuanto más se cierra, menos democrático es. Esa es la paradoja que hoy vive la democracia. Debe aumentar la capacidad de respuesta y mejorar canales de participación para acercar esas dos posturas. De eso depende el futuro de la representación política.

Ctrl.- ¿Hay un déficit de comunicación en la relación con la ciudadanía?

MR.- Los gobiernos se ven sobrepasados, pero hay que hacer la autocrítica respecto a las promesas que se hacen en campaña electoral. Los candidatos deben manejar mejor las expectativas, y hay una cuota de responsabilidad en la comunicación política. El problema es que, como todo el mudo sabe, achicar las expectativas no es bueno para ganar, Mientras que cuando se gana aumentando las expectativas se complica la acción de gobierno.


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