Entertainment by PHD, la IA y su integración absoluta en el entretenimiento
PHD nos brinda su visión de cómo la inteligencia artificial jugará un papel fundamental en todo lo que definimos como entretenimiento, teniendo en cuenta el cambio de paradigma de un consumidor activo que hace tiempo que decidió dejar de tener un papel pasivo como simple receptor.
Desarrollado a partir de cuatro apartados en los que se analiza el papel de la IA, el cambio en el proceso de creación, una mayor personalización en lo que a la distribución se refiere, y por último, la transformación de los puntos de contacto, llevándonos, irremediablemente, a un cambio en la publicidad futura.
Una revolución holística: más allá de la eficiencia
Aunque al escuchar IA lo natural es que en lo primero que pensemos sea en posibilidades de eficiencia: atomizar (todavía más) la cantidad de contenido, facilitar la adaptación a diferentes formatos, reducir exponencialmente los tiempos de producción o automatizar tareas repetitivas… desde PHD Media vemos la innovación como algo que impacta al día a día de nuestro trabajo, pero también como una realidad que cambia de forma casi inimaginable las experiencias desde el lado del consumidor.
Hace años que todos somos, además de receptores, creadores de contenido. De hecho, para los más jóvenes es prácticamente imposible pensar en un mundo al que no se le pueda cambiar el horario, compartir, diseñar o añadir banda sonora. El diferido es su forma de entender la realidad y la edición, totalmente natural para ellos.
Pero con las nuevas posibilidades de la IA vamos un paso más allá; recortamos la brecha entre un trabajo desarrollado por un profesional con años de experiencia y un ciudadano corriente. Al facilitar la ejecución, ponemos más peso en la idea y menos en el proceso para materializarla. El resultado final es de un nivel altísimo, puesto que el inglés se ha convertido en el vehículo para poder crear un vídeo, una imagen sofisticada o modificar una programación. Esto pone en jaque al concepto de trabajo que tenemos en las agencias, pero también afecta de forma directa a medios, productores y contenido.
Cambia el proceso de creación: aumentando sus posibilidades
Las plataformas de streaming pueden ser unas de las grandes beneficiadas; obviamente desde la facilidad de los procesos de edición, pero también añadiendo nuevas capacidades como previsiones apuradas de taquilla, estudios virtuales que lleven a menos viajes para grabar en escenarios físicos, incluso la modificación estética de actores o, imaginando el futuro, el intercambio de alguno de ellos por humanoides como ya sucede con modelos o influencers.
Y hablando de influencers, ellos tampoco se libran de la revolución. Y es que, si ya llevan años donde a la autenticidad y el carisma han tenido que añadirles forzosamente una profesionalización en sus ediciones, esto multiplica nuestra exigencia como seguidores. No sólo querremos escenarios más estéticos, inventados o animados gracias, por ejemplo, a Midjourney, sino que también exigiremos una relación más cercana, incluso de co-creación. Y para muestra el videoclip “Levitating” de Dua Lipa, donde múltiples elementos creativos como la coreografía o el vestuario se decidieron junto a la comunidad de la cantante.
Puede que la televisión lineal escoja una estrategia distinta para poder competir: la de apostar por las cualidades humanas; shows de talento, noticias en vivo, realities… aquellos formatos donde prima la actualidad, la empatía y las emociones para conectar con los espectadores. Eso sí, apoyado por canales digitales. En ellos podrán pildorizar el interés, crear spin-offs o aumentar su público objetivo.
Cambia la distribución: más personalización
En medio de un contenido que no para de multiplicarse, nuestra salvación para no perdernos, y una de las grandes obsesiones para las agencias, será la recomendación. Se volverá cada vez más compleja, pero también más efectiva. Sabemos y apreciamos el trabajo de los algoritmos de Netflix o Amazon. Titanes que nos recomiendan el producto ideal con base en la relación con nuestros intereses y aprenden a detectar patrones en nuestro comportamiento. Pero el futuro pasa, todavía más, por el dato.
Esos algoritmos mezclarán nuestros gustos en entretenimiento, música, compras del hogar, comportamientos familiares, tendencias deportivas… Hasta conocernos de forma totalmente precisa y poder prever nuestras necesidades. Conexiones que detectaremos con la personalización extrema de los impactos publicitarios, la recomendación del contenido en base a más criterios que la temática que tratan o la ayuda de los electrodomésticos que tenemos en casa.
Cambia el punto de contacto: adaptación a experiencias más sofisticadas
Pero esta evolución del contenido no sólo tendrá efectos en el consumidor, sino también en los dispositivos donde consumirlo. De esta forma, puntos de contacto como el televisor se verán obligados a evolucionar para seguir las exigencias, ofreciendo front-ends compatibles con las nuevas necesidades: barras de búsqueda sofisticadas, información adicional de los contenidos e incluso la posibilidad de conectarse a tecnologías como la RV.
Buscaremos experiencias más completas, holísticas e inmersivas que nunca; algo en lo que el entorno de los videojuegos lleva ventaja. Narrativas no lineales, competición contra máquinas que aprenden de nosotros y se anticipan o historias donde el protagonista es el usuario. El entorno gaming es y será fuente de inspiración para otros medios, pero también evoluciona. Está añadiendo capas de interactividad como las gafas de realidad virtual, con las que los escenarios y las sensaciones pasan al siguiente nivel, o incluyendo IA en NPCs para que dejen de ser bultos que completan el paisaje a elementos que completan la credibilidad de la historia, reaccionando a las decisiones del jugador o incluyendo chatbots inteligentes.
Cambios en la publicidad futura
Con pocos ejemplos vemos claramente que nos enfrentamos a un panorama complejo; la fotografía de lo que viene es tan vertiginosa como llena de posibilidades. Una realidad fluida en la que dejemos de pensar en formatos para empezar a desarrollar experiencias. Una creación más amplia y flexible que traspasada barreras gracias tanto a la rapidez de la IA como a lo que podamos aprender de ella.
Pero para un futuro próximo tan difuso y lleno de posibles escenarios, si tuviéramos que decidirnos por el gran reto al que nos enfrentamos como industria, apostaríamos por ser capaces de adaptar nuestra mente y capacidades como sector a la forma interconectada en la que se desarrollará el futuro. ¿Seremos capaces de pensar de forma cada vez más fluida? El tiempo dirá, lo único seguro es que este reto ya ha empezado.