José Luis Esteo deja Remo

"Después de meditarlo largo tiempo he decidido dejar Remo, la agencia de la que he sido socio, la que ha sido mi casa y mi vida durante tanto tiempo, y afrontar nuevas aventuras", José Luis Esteo.
"En 1993, hace ya más de dos décadas, entrábamos ilusionados Alejandro Rojas y yo en una carpinteria llena de serrín de un castizo barrio madrileńo. Íbamos a encargar dos mesas, el único equipamiento que nos podíamos permitir, para un proyecto de agencia que entonces se iba a llamar Alta Definicion & Washington Olivetto y, por razones muy largas de contar aquí, acabaría llamándose con el tiempo Remo.
Después ocurrieron muchas cosas. Hubo momentos inmensamente felices y otros muy duros. Vinieron y se fueron y volvieron a venir grandes compańeros de viaje.
La agencia se convirtió en lo que debe convertirse toda agencia que quiera dejar huella: una escuela de publicidad y, sobre todo, una escuela de vivir para tanta y tanta gente estupenda que ha pasado por ella.
Se sucedían los ańos y nosotros, Alejandro y yo, seguíamos siempre juntos; dos socios muy distintos a ojos de cualquiera que nos viese, pero inseparables. Una pareja tan rara e inexplicablemente inseparable como Jack Lemmon y Walter Matthau. Todo tiene, sin embargo, su fin. Incluso aquello que, hace años, nunca hubiese pensado que algún día acabaría.
Después de meditarlo largo tiempo he decidido dejar Remo, la agencia de la que he sido socio, la que ha sido mi casa y mi vida durante tanto tiempo, y afrontar nuevas aventuras.
No hace falta que diga que ha sido una decisión muy difícil de de tomar para mí. Pero creo que había llegado ya el momento de iniciar cada uno nuestro camino. Sí, ese jodido instante en el que, de repente, tomas conciencia de que lo que te separa del otro es ya más que lo que te une a él.
Ahora estoy viviendo una sensacion extraña y agridulce. La pena de dejar atrás 21 años llenos de maravillosos recuerdos. Y, al mismo tiempo, la felicidad de sentirme de nuevo, como hace esos 21 años, libre y con el futuro por delante; ese cosquilleo en el estómago que te produce el saber que todo es posible y está aún por hacer.
¿Qué es lo que voy a hacer? Todavía no lo sé. Pero si que sé, como aquel lejano día de 1993, que no necesito más que una simple mesa de madera en la que apoyarme para atreverme a todo".
José Luis Esteo
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