En junio de 2014 el gobierno francés ratificó el Tratado sobre el Comercio de Armas y, a pesar de ello, ha continuado vendiendo armas a países cuyos gobiernos las utilizan contra la población civil. Según Amnistía Internacional, esto significa que Francia es cómplice en crímenes de guerra.
Con el fin de recordar al gobierno sus responsabilidades y despertar la conciencia de los ciudadanos, la sede francesa de Amnistía Internacional se ha aliado con la agencia DDB París para lanzar una campaña de denuncia que compara la industria de la moda con el tráfico de armas.