Contratar a la más famosa estrella del porno para anunciar patatas fritas puede parecer un disparate a primera vista, pero para la marca Amica Chips supuso un éxito de ventas sin precedentes en la compañía. Aunque los spots rodados con el famoso Rocco Siffredi no enseñaban nada que pudiera considerarse obsceno o escandaloso, su sola presencia en el anuncio ya era motivo de escándalo. A ello hay que añadir un copy plagado de dobles sentidos poco sutiles que la audiencia entendía sin necesidad de mayores explicaciones. Como suele suceder, el escándalo y la censura del comité de autodisciplina publicitaria italiana terminaron por completar el éxito de la campaña. La respuesta de la marca fue volver a rodar el anuncio poniéndole todavía más ironía al mensaje, lo que aumentó todavía más la popularidad de la marca. El propio presidente de la empresa fabricante, Alfredo Moratti, lo resumió en una línea: “hemos sido valientes y ahora los resultados nos dan la razón: las ventas han aumentado”. Diez años después, la marca volvió a contratar a Rocco para una nueva serie de spots. “He vuelto”, decía el actor mientras esbozaba una pícara sonrisa. El texto no fue menos sutil que la primera vez, pero esta vez el autocontrol italiano no mordió el anzuelo y no quiso retirar la campaña.
Habían aprendido la lección.