El porno deja marca. Nuestra inacción, también.

Cada vez más niños y niñas acceden a la pornografía antes de los once años. Partiendo de esta premisa, la campaña “El porno deja marca. Nuestra inacción, también” denuncia  cómo esta exposición temprana está influyendo en la construcción de las relaciones sexoafectivas adolescentes y reclama una educación sexoafectiva crítica y urgente en los centros educativos.

Una creatividad para visibilizar una realidad incómoda

La pornografía se ha convertido en el manual no oficial de sexualidad para una generación. Un manual donde la violencia, la sumisión y la ausencia de consentimiento e intimidad son la norma.

Con “El porno deja marca”, la ONG Dale Una Vuelta y ROSAPARKS alertan de las consecuencias de consumir pornografía a edades tempranas. Consecuencias como la confusión entre ficción y realidad, la reproducción de patrones violentos, la cosificación y los roles de género tóxicos, así como la desconexión emocional y la falta de empatía en las relaciones.

Un compromiso creativo de impacto social

Para ROSAPARKS, esta campaña es una muestra de cómo la creatividad puede convertirse en herramienta de transformación social cuando se pone al servicio de las causas que no pueden esperar. “Acompañar a Dale Una Vuelta en esta campaña es nuestra manera de contribuir a visibilizar un problema que afecta directamente a la juventud, y ayudar a construir conversaciones necesarias para prevenir la violencia sexual. Los proyectos como este son parte esencial de nuestro compromiso como agencia: poner nuestro talento al servicio de causas que necesitan apoyo urgente”, afirma Lucía Bobadilla, Brand Manager en ROSAPARKS.

Una llamada a la acción colectiva

La campaña invita a los centros educativos a solicitar talleres sexoafectivos, a las familias y comunidades a abrir el diálogo y a las administraciones públicas a impulsar una educación sexoafectiva lo más completa posible. Además, cualquier persona puede acceder al Social Media Kit y a materiales descargables para amplificar el mensaje y contribuir a que llegue más lejos.

“El porno deja marca” es, en definitiva, un grito coral que denuncia una realidad preocupante y reclama acción urgente. Porque el silencio y la pasividad no son neutros: la inacción también deja marca.