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El imponente paisaje de los Alpes suizos ha sido el lugar elegido por el artista Gerry Hofstetter y la aerolínea SWISS como colofón final de su iniciativa europea en favor de una mayor consideración entre las personas, especialmente en un momento de grandes desafíos sociales para el continente. Después de dejar su huella artística en edificios icónicos como la Ópera de Viena o el Templo del Tibidabo de Barcelona, Hofstetter ha utilizado el símbolo de esta iniciativa, los ojos de cientos de ciudadanos europeos que se han sumado al movimiento, proyectados sobre cuatro globos gigantes situados a una altura de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
El reconocido artista suizo, que ha realizado obras de iluminación efímeras en paisajes e iconos arquitectónicos de todo el mundo, desde el Coliseo de Roma hasta las Pirámides de Gizeh, inició este movimiento junto con SWISS a finales de 2014. Hofstetter ha querido crear este símbolo para promover una mayor atención hacia los demás a través de proyecciones en seis edificios de gran valor arquitectónico, desde el Real Observatorio de Greenwich (Londres), el Hotel Fairmont de Hamburgo, la Ciudad Universitaria de París hasta el Museo Nacional de Leonardo Da Vinci en Milán, la Ópera de Viena o el Templo del Tibidabo en lo alto de Barcelona.
Los cuatro globos gigantes fueron desplegados junto al monte Diavolezza, cercano a la conocida localidad de St. Moritz. Como en ocasiones anteriores, los ojos fueron el tema principal de su obra lumínica, aunque, mientras en las anteriores proyecciones estos ojos eran del propio personal de SWISS, en esta ocasión han sido los de cientos de ciudadanos de todos los rincones del continente que decidieron sumarse al movimiento enviando sus selfies.
Los ojos representan el contacto visual entre personas y pretenden promover la atención hacia los demás y hacia el entorno que nos rodea en un momento donde el individualismo parece ganar terreno al sentimiento de comunidad. Tal y como indica un estudio realizado por la aerolínea SWISS, el 78% de los españoles considera que la sociedad es cada vez más egoísta.
