El ciberacoso afecta a creadores, marcas y audiencias
Hoy, 6 de noviembre, se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso (y ciberacoso) en la Escuela, impulsado por la UNESCO con el fin de concienciar sobre la violencia en plataformas digitales y promover un ambiente de respeto. Y es que el ciberacoso no deja de crecer, impactando negativamente en la salud mental de los usuarios... y también de los creadores de contenido.
Kolsquare, plataforma de Influencer Marketing, ha publicado un análisis que pone en evidencia una realidad alarmante: entre 2018 y 2024 la incidencia del ciberacoso ha aumentado en prevalencia y complejidad en toda Europa.
El patio de recreo digital ya no es una preocupación marginal: es el campo de batalla de la vida social de nuestros jóvenes. En toda Europa, las organizaciones contra el acoso lanzan la alarma. Los últimos dos o tres años han traído nuevas tácticas, víctimas más jóvenes y una dosis considerable de agresividad facilitada por las plataformas sociales. En este primer jueves de noviembre, Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso, es momento de hacer balance.
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2024, uno de cada seis adolescentes en Europa ha sufrido ciberacoso, con tasas similares entre niños (15%) y niñas (16%). Esto supone un incremento respecto a 2018, lo que confirma una tendencia preocupante. Las líneas de ayuda de la red Insafe de la UE, que cubre 28 países, informan que el ciberacoso representa el 13% de todas las consultas, y la mayoría de los casos se originan en plataformas sociales.
En España, la Asociación para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE) ha observado una escalada del ciberacoso entre menores. Lo que antes ocurría en redes públicas ha migrado a chats privados y aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Discord y Telegram, entornos con escasa supervisión adulta. Ana M.ª Giménez Gualdo, profesora de la Universidad de Málaga, señala: “Hemos pasado de insultos aislados a exclusión coordinada. Vemos manipulación de imágenes, rumores y lo que llamamos cybergossip: historias falsas que se propagan más rápido que la verdad.”
Las consecuencias son graves y están bien documentadas: aumento de problemas de salud mental entre menores, episodios de autolesión, suicidio y violencia física. La línea entre ciberacoso y ciberviolencia se difumina, incluyendo humillación pública, doxing y exclusión social digital. Los expertos advierten que la legislación por sí sola no puede seguir el ritmo de la cultura digital. La solución pasa por la educación, la prevención y la cooperación transfronteriza.
Ana Moyano, Marketing Strategist de Kolsquare, subraya: “El ciberacoso escolar es una emergencia silenciosa. Las plataformas deben asumir su responsabilidad y los adultos debemos acompañar a los menores en su vida digital. Desde Kolsquare apoyamos campañas que promueven el respeto y la empatía en redes. Los influencers pueden ser aliados clave para sensibilizar a los jóvenes y generar cambio".
Los influencers sufren una alta incidencia de ciberacoso
El ciberacoso en redes sociales se ha convertido en una amenaza estructural para los creadores de contenido, especialmente aquellos que abordan temas sociales, políticos o de diversidad.
Según datos recogidos por Kolsquare, el 80% de los influencers ha sufrido algún tipo de acoso digital. Los ataques van desde comentarios ofensivos hasta amenazas directas, y afectan de forma desproporcionada a mujeres, personas racializadas y miembros del colectivo LGTBIQ+. Esta violencia digital no solo compromete la salud mental de los creadores, sino que también impacta en su rendimiento profesional, sus ingresos y su relación con las marcas.
Ana Moyano, Marketing Strategist de Kolsquare, advierte: “El ciberacoso no es solo un problema individual, es un fenómeno que afecta a todo el ecosistema digital. Las marcas, las plataformas y los usuarios deben asumir su parte de responsabilidad.”
El informe destaca que los creadores que se posicionan en temas sociales son los más vulnerables. Al romper con la neutralidad estética que domina en redes, se exponen a una polarización que genera rechazo y odio. Esta situación ha llevado a muchos influencers a autocensurarse o abandonar sus canales, lo que empobrece el debate público y limita la diversidad de voces.
Además, el estudio revela que el ciberacoso tiene consecuencias económicas. Los creadores que sufren ataques tienden a perder colaboraciones, seguidores y oportunidades de monetización. En muchos casos, las marcas prefieren evitar perfiles que puedan generar controversia, lo que perpetúa la invisibilización de contenidos comprometidos.
La plataforma hace un llamamiento a las marcas para que apoyen a los creadores que promueven valores positivos, y a las redes sociales para que refuercen sus mecanismos de moderación. En el Día contra el Bullying, el mensaje es claro: el respeto digital es una responsabilidad colectiva.
Soluciones rápidas para un fenómeno en constante evolución
A pesar de que gobiernos como los de Francia, Alemania, España e Italia han avanzado en legislación para combatir el ciberacoso escolar, los expertos advierten que las leyes por sí solas no bastan. El fenómeno evoluciona más rápido que la normativa, y las respuestas institucionales siguen siendo fragmentadas y reactivas. Como señala Ivano Zoppi, secretario general de la Fondazione Carolina (Italia),“el desafío es cultural, no solo legal”.
La prevención debe integrarse en la vida cotidiana de los centros educativos, y no limitarse a campañas puntuales tras cada tragedia. En este sentido, la Ley de Servicios Digitales de la UE representa un avance, pero aún falta una estrategia europea coordinada que trascienda fronteras y plataformas.
La clave está en la educación relacional. Padres y docentes deben recuperar su papel como guías en la vida digital de los menores, no desde la vigilancia, sino desde la empatía. “Las familias suelen oscilar entre la prohibición total y la permisividad total. Necesitamos un punto intermedio: educar para un uso consciente”, afirma Zoppi.
La doctora Ana M.ª Giménez Gualdo añade que los profesores deben estar presentes en el ámbito digital “no para vigilar, sino para conectar”. La prevención efectiva del ciberacoso comienza mucho antes de una crisis, y se construye con presencia, diálogo y coherencia en el acompañamiento cotidiano.
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