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España se desmarca del sentimiento anti-inmigración de otros países europeos

España se desmarca del sentimiento anti-inmigración de otros países europeos
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miércoles, 16 de julio 2025

Solo los votantes de Vox se acercan a los niveles de rechazo observados en Europa Central hacia los inmigrantes; el resto de la sociedad española mantiene posiciones notablemente más tolerantes y abiertas. Y ojo a la opinión generalizada en toda Europa sobre los políticos y poderosos.

Con la integración de la inmigración en el centro del debate político y social, la población general española sorprende: apenas un33% de la población cree que el país sería “más fuerte” si se frenara la llegada de extranjeros. Así lo refleja el informe anual de Ipsos sobre populismo, donde la inmigración se sitúa como un factor que sustenta el discurso populista actual, existiendo a nivel global y especialmente en Europa, un fuerte sentimiento anti-inmigración. En este punto España marca distancias, mostrando posiciones notablemente más abiertas frente a países como Hungría, Alemania o Italia.

La sociedad española, un ejemplo de tolerancia frente a la inmigración

España marca distancias con buena parte de Europa en la cuestión migratoria. Mientras otros países registran un fuerte sentimiento anti-inmigración, los españoles muestran una actitud comparativamente más tolerante, solo 1 de cada 3 españoles cree que España sería un país “más fuerte” si se frenara la inmigración, frente a un 48% en Hungría, un 45% en Alemania o un 40% en Italia. Por ideología política en España, solo los votantes de VOX (71%) se acercan a los niveles de rechazo observados en Europa Central, mientras que el resto mantienen posiciones notablemente más abiertas: PP (39%), PSOE (26%) y Sumar (10%). De hecho, menos de un tercio de los españoles piensan que sus trabajos están en riesgo por causa de los inmigrantes. De nuevo, son los votantes de VOX los únicos que respaldan de manera mayoritaria esta idea con un 56%

Mérito personal, respeto a la igualdad y el idioma común, es lo que define a “un español de verdad”

La concepción de la identidad nacional española presenta también características distintivas en el contexto europeo. Frente a definiciones más étnicas o religiosas que predominan en Europa del Este, los españoles apuestan por una idea de nación basada en valores cívicos, mérito personal y respeto a la igualdad. Para el 86% “salir adelante con el propio esfuerzo” define lo que es ser un “español de verdad”, junto al trato igualitario a todas las personas (85%) y el uso del idioma común (84%). Este último factor constituye un pilar identitario, pero criterios como el lugar de nacimiento o la religión, tan determinantes en países como Hungría o Polonia, quedan relegados a un segundo plano en el caso español.

Elementos como defender a España cuando se le critica (61%), el lugar de nacimiento (57%) o incluso ser cristiano (25%) tienen un peso menor en la definición de la identidad nacional, y son factores más valorados por personas situadas en el espectro ideológico de la derecha.

Una sociedad fracturada y en declive

La sensación de que vivimos en una sociedad "rota" y en "decadencia" se ha instalado en el imaginario colectivo español, aunque con mucha menos intensidad que en otros países como Hungría, donde el discurso del desencanto ha calado de forma significativa.

La mayoría de la población española percibe una sociedad "rota" (55%) y en "declive" (57%).  Sin embargo, este pesimismo no es homogéneo, sino que está fuertemente politizado, lo que lo convierte en una peculiaridad de España cuando se habla de populismo. Mientras en países como Francia o Italia el descontento es algo más transversal, en España son los simpatizantes de VOX quienes perciben un escenario claramente más pesimista y representan hoy por hoy el principal foco populista del país: un 84% declaran que el país está roto y un 81% en decadencia, frente al 37% y 38% respectivamente entre los votantes del PSOE.

Otra característica particular de España es que vive subsumida en un clima de saturación política: donde los políticos, los partidos o el Gobierno, lejos de ser la solución son identificados como el principal problema del país. La amplia mayoría (72%) siente que los partidos y líderes políticos no se preocupan por personas como ellas, una idea que ha aumentado 8 puntos desde 2023. Además, existe consenso social sobre que los expertos no entienden la realidad de la ciudadanía (68%) y que la economía está trucada para favorecer a las personas ricas (64%)

No obstante, pese a los datos anteriores, España mantiene una intensidad de ruptura social menor en comparación con otros países donde el discurso populista ha calado con mayor fuerza. En el Índice de Ruptura Social de Ipsos, España se sitúa en 60 puntos, compartiendo puntuación con los EE. UU., y por debajo de países como Reino Unido (66), Hungría (63), Francia (63) o Italia (62).

Brecha entre élite y ciudadanía, combustible fundamental del populismo

La percepción de una brecha entre élite y pueblo presenta en España una intensidad similar a la del resto de Europa. La opinión pública española considera mayoritariamente (74%) que existe una casta privilegiada, ajena a las preocupaciones de la gente común, una idea que ha aumentado 5 puntos desde 2023. Así, los españoles, como otros europeos, coinciden en señalar a políticos y poderosos como un bloque homogéneo que actúa en defensa de sus propios intereses. Esta percepción, lejos de ser patrimonio de los extremos, atraviesa el espectro ideológico de lado a lado.

Los datos del estudio evidencian ciertas contradicciones en el sentir popular español que reflejan la confusión que reina también en otras democracias occidentales. Por un lado, se anhela la figura de un líder fuerte capaz de romper moldes (33%), a la vez que se reivindica la democracia directa a través de referéndums (65%). En ambos aspectos, las personas votantes de VOX son las que más apoyan estas afirmaciones, con un 74% y un 54%, respectivamente. Esta ambivalencia también se da en Francia e Italia.

El consenso para financiar el gasto público es otra de las contradicciones detectadas en el estudio: la mayoría rechaza subir los impuestos, pero al mismo tiempo demanda un aumento del gasto público en áreas clave. En concreto, un 52% de la población española afirma no estar de acuerdo con incrementar la carga fiscal para financiar el gasto público adicional, siendo los votantes de derechas, y especialmente los de VOX (73%), quienes más se oponen.

A su vez, la mayoría de la población apuesta porque el Gobierno aumente el gasto en áreas claves, aunque existen diferencias por ideología política. Mientras que los votantes de izquierdas prefieren que el incremento se haga en sanidad, educación, creación de empleo y reducción de la pobreza y desigualdades; los de derechas prefieren que el gasto se incremente en seguridad pública, infraestructuras y defensa nacional.

Paco Camas, director de Opinión Pública de Ipsos España, concluye “en definitiva, España refleja como un espejo imperfecto las tendencias populistas que recorren Europa. Comparte con sus vecinos la desconfianza hacia las élites y cierto anhelo de liderazgos contundentes, pero se distancia en su mayor apertura migratoria y en una concepción más inclusiva de la identidad nacional. El malestar existe, las grietas son visibles, pero la sociedad española parece mantener todavía ciertos anticuerpos contra las formas más extremas del populismo que ya han conquistado otras democracias europeas. En esta resistencia relativa reside quizás la mayor esperanza, como toda Europa, se debate entre la tentación populista y la preservación de sus valores democráticos”.

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