Los españoles afrontan 2026 con prudente optimismo
El "Observatorio de las Expectativas", elaborado por ATREVIA, revela que la población mantiene la esperanza en la mejora personal, con la salud y el bienestar como ejes de ilusión.
Los ciudadanos españoles encaran el próximo año con una visión cautelosamente optimista, según el "Observatorio de las Expectativas. ¿Qué mueve y qué frena a los ciudadanos?", elaborado por ATREVIA, consultora estratégica de Atracción, Influencia, Transformación y Anticipación, líder iberoamericana en Comunicación, Marketing y Asuntos Públicos con presencia en 15 países y un equipo de 640 profesionales multidisciplinares. El 37,1% de la población espera que su situación mejore en 2026, frente a un 10,2% que anticipa un empeoramiento. Más de la mitad (52,7%) prevé mantenerse en niveles similares, lo que configura un saldo positivo de confianza del 26,9%.
Esta diferencia de casi 27 puntos entre optimistas y pesimistas configura un saldo netamente positivo, que sugiere un clima de confianza contenida. La ciudadanía no anticipa grandes transformaciones, pero sí una tendencia a la estabilidad con margen de mejora. Dicho de otro modo, predomina una mirada esperanzada, aunque sin euforia.
Factores que despiertan esperanza e inquietud
El estudio, basado en una encuesta representativa a 1.801 personas, ofrece en definitiva una radiografía del estado de ánimo social en España. Su objetivo: comprender cómo la ciudadanía proyecta su futuro inmediato, qué factores alimentan la esperanza y cuáles despiertan inquietud.
El sondeo partía de preguntar a los participantes sobre quince aspectos a valorar para determinar sus ilusiones y preocupaciones, clasificando del que más (posición 1ª) al que menos (posición 5ª). Los encuestados debían escoger entre: Bienestar mental, Paz y seguridad, Amor, Trabajo, Ingresos y ahorros, Prevención en salud, Medioambiente y sostenibilidad, Relaciones de amistad, Cultura y educación, Bienestar físico, Planificación financiera a largo plazo, Gastos y gestión financiera, Avances científicos y tecnológicos, Conexiones y apoyo emocional y Ocio y tiempo libre.
Los resultados reflejan una sociedad que no espera grandes transformaciones, pero sí mejora y estabilidad. La confianza se apoya, principalmente, en el bienestar físico y mental, el amor y la paz y seguridad, considerados los aspectos vitales más ilusionantes.
Por el contrario, cuestiones vinculadas a las finanzas personales o la sostenibilidad, aunque valoradas, se sitúan en un segundo plano como fuentes de motivación más instrumentales que emocionales.
Por sexos, las mujeres se muestran más optimistas que los hombres (40,8% frente a 33%). Los jóvenes de entre 18 y 25 años lideran la esperanza en el futuro, percibiéndolo como espacio de oportunidad y cambio. Con la edad, sin embargo, predomina una mirada más estable y prudente, centrada en la continuidad y la seguridad personal.
En el ámbito de las preocupaciones, el bienestar físico y mental vuelven a ocupar los primeros lugares: son las áreas que más inquietan ante la posibilidad de empeorar. Les siguen los ingresos y ahorros y el trabajo, evidenciando la relevancia de la estabilidad económica como soporte de la confianza personal.
Lo que ilusiona…
Las mujeres tienden a mostrar más ilusión por el bienestar físico, el trabajo, la cultura y educación, la prevención y educación en salud y las relaciones de amistad. Los hombres, en cambio, destacan el ocio y tiempo libre, los avances científicos y tecnológicos y la gestión financiera, con una inclinación mayor hacia lo profesional y económico.
Por edad, se dibuja un patrón generacional claro: los jóvenes (18 a 25 años) muestran especial ilusión por el bienestar mental, los avances científicos y tecnológicos, el medioambiente y sostenibilidad, y, de forma destacada, las relaciones de amistad, reflejando una visión más innovadora y con conciencia social. Entre los 26 y 40 años la prioridad se concentra en avances científicos y ocio y tiempo libre, junto con la cultura y educación. En el grupo de 41 a 55 años, lo más ilusionante es el bienestar físico, mientras que entre los mayores de 56 a 70 años priorizan el bienestar físico y el amor, con un patrón más ligado al cuidado personal y las relaciones cercanas, y los gastos y la gestión financiera.
Lo que preocupa…
Los resultados reflejan que las preocupaciones están dominadas por la salud y la estabilidad personal. El bienestar físico destaca con mucha diferencia como la principal inquietud: un 36,9% lo sitúa en primer lugar. Le siguen el bienestar mental y el amor, que ocupan posiciones cercanas a la cabecera y reflejan la importancia de la salud integral y las relaciones afectivas en la percepción de calidad de vida.
En un segundo nivel de preocupación se sitúan los ingresos y ahorros y el trabajo, ligados a la seguridad y estabilidad económica. También aparecen en esta franja la prevención y educación en salud y la gestión financiera, lo que refuerza la idea de que la estabilidad material y la protección de la salud forman un bloque de atención prioritaria.
En contraste, las preocupaciones menos urgentes se relacionan con aspectos de proyección futura o sociales: cultura y educación y, en especial, conexiones y apoyo emocional ocupan las últimas posiciones. También el ocio y tiempo libre y las relaciones de amistad aparecen en el tramo final, lo que indica que, aunque valorados, no generan tanta ansiedad ante un posible empeoramiento.
Un caso intermedio es el del medio ambiente y la sostenibilidad: aparece en la parte baja de la escala, algo alejado de preocupaciones centrales como la salud o la economía.
Expectativas y comunicación social: una lectura para las marcas
El Observatorio de las Expectativas de ATREVIA ofrece claves de valor para las empresas y organizaciones que buscan conectar con la ciudadanía. El estudio demuestra que los mensajes más efectivos son aquellos que ponen en el centro la salud, la seguridad y las relaciones humanas, dejando claro que el bienestar define hoy el motor emocional de la sociedad española.
En un contexto de incertidumbre, las marcas deben trasladar confianza, empatía y propósito, alineando su comunicación con las verdaderas aspiraciones ciudadanas: vivir mejor, cuidar lo cercano y mirar al futuro con serenidad.
Con este informe, ATREVIA refuerza su papel como referente en el análisis de tendencias sociales y comunicativas, aportando conocimiento estratégico sobre el pulso emocional de la sociedad española.