Con motivo del estreno de la nueva serie de terror “Resident Evil” el pasado 14 de julio, Netflix y la agencia Founders instalaron un cubo de cristal en uno de los paseos más concurridos de Santa Mónica (California). La idea era recrear una sala de laboratorio donde, bajo la supervisión constante de científicos ataviados con batas blancas, un hombre experimenta una terrorífica transformación ante la sorpresa de los transeúntes. Finalmente, ya convertido en un zombi ávido de carne humana, logra escapar. Hay que reconocer que el actor se gana el sueldo con creces...