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A finales del pasado mes de marzo Disney cerró la compra de 21st Century Fox, la división de entretenimiento de Fox, por 71.300 millones de dólares. Con esta operación, Disney toma el control, entre otros, del estudio 20th Century Fox, los canales FX y National Geographic, así como el 30 % del servicio de suscripción Hulu. Además, la compañía allana así el lanzamiento del servicio de suscripción de Disney, Disney+, con el que pretende competir con Netflix.
“La combinación del contenido creativo y el talento de Disney y 21st Century Fox crea una compañía de entretenimiento global, bien posicionada para liderar una era increíblemente dinámica”, señalaba Bob Iger, CEO de Disney. Pero este liderazgo tiene su precio: un ERE masivo que afectará a miles de trabajadores en todo el mundo. De hecho, las sedes de Madrid y Barcelona están inmersas en un ERE desde el pasado 1 de junio. Si bien no ha trascendido el número de personas afectadas, lo cierto es que la adquisición de 21st Century Fox supone la absorción de 15.400 trabajadores y es lógico pensar que se eliminarán los puestos duplicados.
