El mundo será sostenible o no será

Soy consciente de que ya ha pasado el principio de año y ya hemos aprendido, o por lo menos leído, que la sostenibilidad encabeza todas las listas de las predicciones y tendencias de 2020. Pero me temo que sí, que es necesario seguir hablando sobre ello. La revolución sostenible ha pasado el hype y ya es una absoluta prioridad en la agenda política, además de una realidad económica. Ya era hora. Así que gracias, de parte de los consumidores, pero también de las marcas, porque ya no hay más excusas para empezar a hacer. Y creo que es el momento de pisar el acelerador.

Como sector, nos sorprende, e incluso hemos premiado en 2019, las campañas que hacen algo “de verdad” por el planeta. Las marcas nos cuentan, a base de promesas de futuro, lo que harán, pero vemos solo un poco de lo que ya se debería estar haciendo. Hablo de un cambio real y profundo que demandamos como consumidores y ante todo como personas.

Me gustaría leer más noticias y debatir en mi día a día de qué manera este cambio permeabiliza las marcas españolas: ¿Cómo van a reinventarse las empresas? Porque ya no vale con cubrir los básicos o actualizar los programas de responsabilidad social corporativa (RSC). Las marcas deben “hablar entre ellas”, como se hace en política. Llegar incluso a asumir un rol específico contra “un enemigo” que, en última instancia, repercuta de manera real y cuantificable en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y, por supuesto, comunicarlo como un cambio real y profundo.