¿Está la creatividad publicitaria dando Cringe?
"Se nos ha olvidado que el objetivo final de la publicidad debería ser construir una relación sólida y duradera con el consumidor, no solo un momento de “fama” efímera".
Últimamente, fuera de Cannes Lions, la creatividad se ha convertido en un espectáculo en redes sociales donde lo único que importa es el impacto cortoplacista, aunque sea a costa de un sentiment negativo. ¿De verdad cualquier provocación en forma de contenido, con una base estratégica cuestionable, es digno de aplausos por sus resultados a corto plazo?
Siento que las campañas ya no se juzgan por su capacidad de conectar de manera significativa con la audiencia a medio y largo plazo, sino por la cantidad de likes, shares y comentarios (aunque sean negativos). Se nos ha olvidado que el objetivo final de la publicidad debería ser construir una relación sólida y duradera con el consumidor, no solo un momento de “fama” efímera.
Este movimiento “let's make them talk” hace que el planteamiento estratégico creativo pase de una fase previa a la idea, a una posterior en un ejercicio de autocomplacencia donde hay que justificar la notoriedad creada. Nos hemos vuelto expertos en disfrazar la falta de sustancia con terminología grandilocuente y datos elevados. Pero al final del día, las preguntas claves siguen siendo: ¿Estamos realmente logrando algo real con estas campañas? ¿Estamos siendo constantes en nuestra estrategia de marca o sólo generando un pico de conversación?
Es hora de replantearnos nuestras prioridades y recordar que, en creatividad publicitaria, la calidad y la relevancia deberían estar por encima de la viralidad momentánea, y al servicio del cliente real y no del futuro “post en Linkedin”.