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Food Trucks, la moda de los restaurantes móviles

Food Trucks, la moda de los restaurantes móviles
Lunes, 02 de noviembre 2015

La gastronomía nómada está invadiendo las calles de las ciudades españolas, y lo hace sobre cuatro ruedas, las de los "food trucks". La tendencia crece y las marcas empiezan a aprovecharla para sus campañas de Street Marketing y eventos.

Si nunca antes habías oído hablar de los food trucks, pero has visto la película de Stephen Frears “La camioneta” o, mejor aún, has leído la hilarante novela de Roddy Doyle en que se basa es posible que la primera idea que te hagas sobre esta nueva tendencia gastronómica ande bastante desencaminada. Los modernos food trucks que empiezan a poblar las grandes ciudades de España, como antes lo han hecho en el resto de Europa, solo se parecen a la mugrienta camioneta de aquella película en que tienen cuatro ruedas (y algunos ni eso porque son remolques a los que les bastan dos).

Los llamados food truck no se han convertido en tendencia porque hayan proliferado las camionetas de fish and chips o hamburguesas baratas, sino porque este formato de restaurante itinerante ofrece ahora comida de calidad combinada con una experiencia de consumo al aire libre muy apropiada para los nuevos estilos de vida. Hoy es posible comprar en un food truck comida casi de cualquier especialidad: china, mexicana, americana o deconstruida. Y muchos chefs de prestigio han decidido emprender este tipo de negocio como una extensión de su oferta culinaria. Como era de esperar en un país al que le gusta mucho vivir en la calle, el público ha respondido muy favorablemente a la oferta. O tal vez sea porque el teléfono móvil nos ha cambiado tanto el modo de vivir que ya nos aficionamos en seguida a todo lo que sea ambulante.

La tendencia tiene su origen en el Reino Unido, y sobre todo en Estados Unidos. Se dice que los primeros camiones que despachaban comida los montaron emigrantes sin los recursos mínimos para abrir un restaurante en un local. Con el tiempo, lo que era un negocio humilde ha encontrado sus propias ventajas comparativas hasta llegar hoy a ser un producto atractivo en sí mismo capaz de competir con el restaurante tradicional. En la decoración de muchos de los food trucks contemporáneos todavía se recuerda con humor esta estética centenaria.

El fenómeno crece

Todo estaba ahí para que la propuesta tuviera éxito: un país al que le gusta comer, con una cultura gastronómica de las más desarrolladas del mundo, con unas condiciones climatológicas extraordinarias que favorecen la socialización en espacios abiertos casi durante todo el año, con gran cantidad de tradiciones y fiestas en espacios abiertos, etcétera. Casi resulta inexplicable que no existieran los food trucks españoles desde hace siglos y hayan tenido que venir importados como tendencia desde otros países.

Patricia Mateo, CEO de la agencia de publicidad Mateo&Co, especializada en comunicación y marketing para el sector de restauración y gastronomía, nos explica cómo decidieron impulsar esta moda desde la iniciativa privada: “Pensábamos que era buena idea traer los food trucks a España y lo comentamos con nuestros clientes, sobre todo chefs, que recibieron bien la propuesta”.

Esa idea se materializó en lo que ahora se conoce como Madrieat, un mercado de food trucks que se instala periódicamente en el espacio Azca de Madrid y que no ha parado de crecer tanto en oferta como en demanda desde su primera edición hace tres años. La primera edición tenía solo 16 establecimientos, de los que apenas 6 eran camiones, y en la última ya se ha alcanzado la cifra de 65 food trucks, de los cuales la mitad no son alquilados sino propiedad del restaurador. Se pueden consultar sus actividades y calendario en el sitio web madreat.org. Junto con el VanVan Market de Barcelona es por el momento el mejor evento para conocer y disfrutar la moda de los food trucks. En el caso catalán, el mercado es incluso más nómada, porque cambia regularmente de emplazamiento.

Durante tres días este recinto de libre acceso recibe a visitantes de todas las edades y condiciones, que pasean entre camiones variopintos en cada uno de los cuales se ofrece una especialidad distinta de comida. Algunos de ellos pertenecen a conocidos y prestigiosos restaurantes de Madrid. También hay espacios habilitados con mesas y otros rincones agradables para sentarse a comer. El ambiente es tranquilo y apropiado también para los niños, conserva las ventajas de una verbena pero sin los inconvenientes del estruendo musical, sin otro tipo de establecimientos de ocio y desde luego con una comida de más calidad.

Tanto Madreat como VanVan Market han tenido una importancia capital para el crecimiento actual del fenómeno. Que hayan sido empresas privadas las promotoras de estos mercadillos tiene su explicación en la ausencia de una regulación municipal sobre el tema: “No es que esté prohibido el street food”, nos comenta Paloma Mateo, “es que no existen licencias para llevar el food truck y aparcarlo donde uno quiera. Por eso un recinto o evento privado era el lugar idóneo para que muchos se animaran a invertir en este modelo de negocio de restauración”.

El vacío legal todavía provoca situaciones absurdas cuando se intenta aplicar al food truck la legislación propia de restaurantes inmuebles, como por ejemplo en lo referente a los lavaplatos, instrumento innecesario en un negocio que sirve la comida en vajilla desechable.

Paloma Mateo aclara a este respecto: “La Junta de Distrito nos hace inspecciones de sanidad intentando comprender la diferencia respecto a un negocio de restauración tradicional; y luego nosotros pasamos además otra inspección sanitaria con un laboratorio que contratamos para conseguir una pre-licencia. También aportamos planos de arquitecto, informes de seguridad, planes de evacuación, etcétera, y todo cada vez que se celebra el evento”.

En todo caso, esta ausencia de regulación específica no debería durar mucho más tiempo, ya que hay directivas europeas que regulan la venta ambulante de comida y deberían aplicarse a la legislación española, entre otras cosas para que los empresarios de food trucks supieran al menos a qué atenerse. Cuando los gobiernos municipales colaboren es bastante probable que la tendencia se dispare. Encontraremos restaurantes móviles en cualquier rincón de la ciudad donde puedan ser solicitados: festejos, conciertos, acontecimientos deportivos, festivales y demás. En Estados Unidos son tan populares que se pueden localizar vía gps con aplicaciones de móvil, algo que no tardará en llegar también a España. Por el momento ya existen sitios web como foodtruckya.com en donde se informa sobre la actualidad del sector y hay diversos mapas para seguir el itinerario de los food trucks suscritos.

Como ser restaurador itinerante

Algunos datos sobre Madreat revelan que aún hay mucho potencial de crecimiento para los food trucks en España. En realidad, todavía estamos en periodo de nacimiento del fenómeno. El 95% de los camiones-restaurantes de este mercadillo tienen cocina pero no motor. Han sido transportados a este espacio como remolques y aparcados en su lugar correspondiente, del que solo podrán irse cuando vengan de nuevo a remolcarles. Por tanto, y en estricto sentido, no son food trucks en toda la extensión del término. Los promotores del mercado dicen que el porcentaje de camiones con motor crecerá a medida que las ciudades ofrezcan más facilidades para el negocio de la restauración ambulante. Mientras tanto, se mantiene la dependencia del remolcador y de los mercados ad hoc como Madreat o VanVan.

También es muy frecuente que los restauradores no sean propietarios del camión. Hay muchas empresas que los alquilan a un precio en torno a los mil euros por fin de semana. Se espera que con el desarrollo de la tendencia vaya aumentando el número de propietarios. Son pocos los casos, aunque los hay, en los que el restaurador ha hecho el camino inverso: es decir, empezar con el food truck y abrir luego el restaurante tradicional.

El emprendedor que esté pensando en introducirse en este negocio puede empezar por el alquiler de un camión y comprobar con los resultados e venta si le merece la pena comprar. El riesgo es más reducido que si se quiere abrir un restaurante inmueble, y por eso es probable que la situación de crisis también haya contribuido al crecimiento de esta tendencia. “Por el momento”, comenta Paloma Mateo, “aunque ya es posible aparcar el food truck en algunos eventos, creemos que el mejor modo de empezar es participar en mercados como Madreat. Nosotros nos consideramos como los comisarios de una exposición de cultura gastronómica. Por eso decimos que comisariamos Madrid, y vamos rotando la oferta con cada edición”.

Oportunidad de marketing

Además de participar como patrocinadores en los mercados, los anunciantes han empezado a interesarse por esta tendencia de consumo de comida en la calle para elaborar campañas de publicidad. Los camiones publicitarios han existido siempre y se han utilizado para todo tipo de productos, sobre todo de ocio, pero en este caso se trata de incorporar al típico show road el incentivo de la comida elaborada y de calidad con marca de chef, capaz de atraer a mucho más público.

Mateo&Co ya ha colaborado en algunas para marcas como McDonalds o Amstel. En Estados Unidos son tantos los ejemplos de marcas que han aprovechado estos vehículos para sus campañas que ya se habla de Food Truck Marketing; una combinación de street marketing, prueba de producto y, por supuesto, buena comida. Esta técnica ha experimentado un impulso enorme desde que es posible combinarla con acciones de social marketing, tanto para generar conversaciones online entre los consumidores en torno a lo que el food truck está provocando en la calle como para hacer un seguimiento del propio camión a lo largo de su itinerario o recopilar experiencias espontáneas durante el viaje.


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