La atención del consumidor no se compra, se conquista

Recibimos unos 6.000 impactos diarios. Retenemos entre un 5%-10% y sólo recordamos unos 20 mensajes.

Ya no es suficiente con estar en el lugar y momento adecuado: es esencial impactar con el mensaje preciso, entendiendo los códigos concretos de cada canal y adaptando el lenguaje a cada receptor. Sólo así una marca logrará formar parte de la comunidad de sus clientes.

Hay varias claves que pueden ayudar. Una de ellas es cabalgar sobre el real time, reaccionar a lo que de por sí ya está capturando la atención, conectando con los insights y tensiones culturales que nacen en la sociedad, y hacerlo de la manera más orgánica posible. Esto hará que una marca entre en el ecosistema comunicativo de forma natural y sin artificio.

Otra de las claves es el UGC, darse la mano con creadores de contenido para que a través que ayuden a las marcas a llegar más gente. Para los usuarios, su storytelling es más honesto, auténtico y confiable.

Y no quiero olvidarme de la apuesta por el snackable content y los microrrelatos. En ciertos canales, las marcas deben ser capaces de enamorar en menos de 15 segundos a través de píldoras narrativas con alma propia, teniendo muy en cuenta lo que podemos denominar gatilladores emocionales: nostalgia, humor y emociones reales que hacen que las historias conecten mejor con la audiencia.

En la ardua batalla por la atención, el verdadero desafío es generar una conexión que perdure con el usuario dejando una huella duradera y un vínculo emocional.