La "desinfluencia" camino de convertirse en la nueva influencia

La desinfluencia le debe mucho, prácticamente todo, a la Generación Z y a su red social favorita, TikTok. Todo surgió cuando la creadora de contenido Lauren Rutherglen creó el hashtag #deinfluencing después de la gran acogida que tuvo uno de sus vídeos en los que hablaba sin tapujos sobre ciertos productos de maquillaje que había comprado y que le habían decepcionado. A día de hoy, este hashtag acumula ¡1,2 billones de visualizaciones!

En España, esta tendencia de los creadores de contenido de hablar sobre la decepción con ciertos productos también está ganando peso y se está consolidando. Desde febrero del año pasado hasta ahora, el hashtag #desinfluenciando ha pasado de 2 a 16 millones de visualizaciones en TikTok, e incluso ha traspasado las barreras de esta app, ya que a día de hoy encontramos videos de desinfluencia en otras aplicaciones como Instagram o X.

Esta tendencia es resultado de un cambio social impulsado, principalmente, por la Generación Z. Una generación con fuertes ideales, cansada de la falta de transparencia, que busca un consumo más consciente, mayor autenticidad digital y responsabilidad por parte de las marcas. Ante esta realidad, la duda es: ¿cómo afecta esto a las marcas con las que trabajamos? El aumento de la desinfluencia pone en jaque a las marcas. Las “obliga” a mostrar una mayor transparencia en sus procesos, crear relaciones auténticas con la audiencia, buscar el perfil indicado para llevar a cabo la colaboración y ser rápidas y proactivas a la hora de abordar una crisis derivada de los comentarios de algún desinfluencer. Para poder cumplir con estas exigencias con éxito, las agencias de comunicación somos un gran aliado.

Desde Canela, donde abogamos por la transparencia, abrazamos esta nueva tendencia gracias a la cual, entre todos, buscamos lograr una mayor calidad tanto de productos como de servicios, además de mostrar las cosas tal y como son, sin las florituras propias de los inicios de las redes sociales, en las que brillaba el ideal de la perfección. Encontrar los perfiles más adecuados para cada uno de nuestros clientes, nos permite conseguir una alineación perfecta de los valores de ambas partes para poder lograr un resultado de calidad y, de paso, mejorar un poco el mundo en el que vivimos.