Mi hija odia los anuncios

El otro día me encontraba en casa viendo la televisión con mi hija adolescente, algo que acostumbramos a hacer muy poco - prácticamente lo vemos todo a través de las plataformas de contenido - y apareció un anuncio de una conocida marca que, en principio, pretendía conectar con una audiencia más joven. Sin esperármelo y sin cortarse un pelo, mi hija dijo, “mamá, odio los anuncios”.

Después de quedarme muy sorprendida por este comentario, ya que trabajo haciendo anuncios, quise indagar sobre el porqué de esta reacción y entender un poco más sobre su antipatía hacia mi profesión. Su respuesta a mi pregunta también fue muy clara: “los anuncios acostumbran a ser falsos y no son nada reales”.

Esta respuesta me hizo pensar en algo que todos los que trabajamos en esta industria llevamos tiempo preguntándonos: ¿cómo conectar con las audiencias más jóvenes para los que la publicidad carece de autenticidad y que no les entretiene en absoluto?

Es posible que la respuesta tenga que ver con lo que está pasando en el mundo, con una generación que crece en un entorno lleno de mensajes catastrofistas, muy poco optimistas. Son mensajes que no paran de hablar sobre un futuro muy poco alentador. Es una generación que está sufriendo el impacto del cambio climático y sus consecuencias y que no deja mucho espacio a la esperanza. Entonces, ¿seremos capaces de ser auténticos, de crear mensajes que conecten con ellos y, de esta manera conseguir que dejen de odiar los anuncios?