¿Son las causas las nuevas chuches?
Las marcas y sus agencias suelen abrazar causas sociales en boga, pero ¿lo hacen desde un verdadero compromiso de lucha por un mundo mejor o tan sólo se aprovechan de una moda pasajera para ganar notoriedad?
Una de las cosas que más me ha sorprendido de mi participación en #Over, el proyecto sobre el uso de estereotipos en publicidad del CdC, fue el interés que ha despertado. Y, sobre todo, la cobertura que ha tenido en medios de los llamados “generalistas”, esos que consumen las personas que no saben nada de nuestra industria y a las que tampoco interesa mucho lo que hacemos.
El interés que despierta #Over demuestra lo necesario que la sociedad lo encuentra. Sin embargo, junto con este interés que viene de fuera de nuestro sector, empiezo a oír comentarios dentro del mismo sobre que “ya no debemos seguir hablando de mujeres” o que “debemos pasar a otra cosa”. Estas frases las he escuchado desde en festivales publicitarios hasta en las salas de reuniones de la agencia. ¿Nos abrazamos a las causas porque son nuevas, pero enseguida nos aburrimos y pasamos a la siguiente? ¿Somos una industria tan infantil e impaciente como un niño o una niña con demasiados juguetes? Luchar por una causa parece que se ha convertido en mirar dentro del bote de caramelos a ver cuál me como ahora. Nos atraen sus colores y nos dan un subidón al principio. ¿La chuche rosa del feminismo? ¿O la azul de ‘salvemos los mares’? ¿O la LGTBI, que tiene todos los colores? Si no somos capaces como industria de mantener un compromiso real, ni siquiera con las cosas que nos atañen de manera directa, ¿de verdad esperamos que alguien se crea este activismo infantil?