Para algunos de los que llevamos aquí un tiempo estamos viendo cómo nuevas industrias están siendo zarandeadas como ya lo fueron las compañías de telecomunicaciones, la banca o el turismo. Además, de esta transformación digital estamos viviendo algo mucho más profundo, un momento en el que la humanidad al completo es más vulnerable, atacada por lo pequeño, lo desconocido y lo invisible.
Esta tormenta perfecta, ha puesto en el punto de mira a una industria que hasta ahora estaba casi en la sombra y que, aunque ya era vital para la evolución de la sociedad y para la mejora de la calidad de vida de muchas personas y sus familias, ahora ha quedado más patente que nunca que la industria farmacéutica que será vital para la supervivencia de la sociedad tal y como la conocemos y para garantizar su evolución hacia una sociedad nueva que entre todos tenemos que diseñar y construir.
Nuestra industria lleva años innovando con la ciencia y con el dato. Más del 20% de lo que generamos como industria, se reinvierte en R&D aunque solo una de cada 100.000 moléculas llega al mercado para comercializarse, un porcentaje similar a la probabilidad de que a alguno de nosotros nos toque el Gordo de Navidad y todo esto con una reputación que no hace justicia a una industria que pone todos sus recursos al servicio de la sociedad, dando vida, devolviendo tiempo y mejorando la calidad de vida de muchos y con ello, la vida de todos.
Tenemos el firme propósito de continuar resolviendo los misterios de la ciencia, de nuestro cuerpo y para lograrlo, necesitamos tiempo y recursos. Debemos generar riqueza para reinvertirla. Si queremos progresar, es nuestra responsabilidad continuar consolidando y reforzando una industria que requiere a los mejores, con los mejores recursos y los mejores entornos, para alargarnos la vida, salvarnos la vida y para tener, todos, mejores vidas.
En la era de las compañías con propósito, habiendo estado en diferentes sectores, me resulta difícil encontrar una industria con uno más loable y más necesario. Para estar a la altura, necesitamos transformarnos y lograr ser más veloces, conocer más para cuidar mejor al paciente y para contribuir mejor a la sociedad.
En eso trabajamos y seguiremos trabajando nosotros y el resto de la industria, recogiendo el testigo de los maestros que nos han precedido desde el principio de los tiempos, desde Hipócrates hasta nuestro Ramón y Cajal, aprovecharemos la tecnología, ciencia, experiencia, talento y creatividad para llegar más y mejor, hasta donde la humanidad nos necesite.
Nosotros no podemos contribuir a la sociedad solos. Necesitamos a la sociedad y a los líderes de opinión; a las administraciones públicas, compañías del sector privado…os necesitamos, para que nos ayudéis a ayudaros. Tenemos la obligación de entender, apoyar y comunicar la verdad, con todos sus matices, de lo que hace esta industria y sus porqués. De nuestra contribución, de nuestra labor, de nuestro propósito.
Como sociedad, tenemos un largo camino por delante. La ciencia y la innovación en manos de seres extraordinarios nos permitirán llegar a lugares extraordinarios y conquistar gestas extraordinarias.
Seamos optimistas, seamos apasionados, seamos buenos, miremos al futuro, trabajemos juntos, seamos ejemplo de una sociedad donde uniendo experiencia, ciencia y humanidad, mostremos el camino para construir una mejor sociedad donde todos vivamos más y mejor.