Eduardo González y su reflexión sobre el fracaso

Aunque suene a baratija terapéutica me atrevo a afirmar, basándome en los hechos, que el fracaso, es el camino del éxito. ¿Cuántos fracasos hay antes del éxito? Un gran número de marcas y productos han fracasado, triunfado y han vuelto a fracasar. Apple es un gran ejemplo de esta secuencia.

Hay un ejemplo que me encanta de la marca de pipas Grefusa. Lanzaron las pipas con sabor a Coca Cola y fueron un auténtico fracaso. Por lo visto el propio consejero delegado de la compañía llama a estos pequeños fracasos “grefusadas”, una actitud sabia, asumiendo que el fracaso es un suceso constante en sus intentos de colocar nuevos productos en el mercado.

“Fue un auténtico fracaso”, es una gran frase, sobre todo cuando alguien la utiliza contándote los detalles de un objetivo no logrado, pero lo que más me gusta es que cuando dices esa frase, suena a superado, asumido, incluso presumido, imagínate diciéndolo con un gran gesto, a brazos abiertos. 

No tengo un fracaso propio que realmente me pueda parecer interesante rescatar aquí. Pero realmente sí tengo una sensación que me acompaña y que tiñe todo lo que hago de una pequeña dosis de fracaso, y es la sensación de hacer todo tarde. Cualquier cosa, siempre tengo la sensación de hacerlo un poco más tarde de lo esperado y no creo que sea por falta de ganas, de hecho soy bastante impaciente, supongo que es una sensación asociada al tiempo, quizás a lo mejor soy lento, o bien, que soy un auténtico fracaso.