Es personal... Judith Cebrián, Directora creativa ejecutiva de Grow

Tu manía creativa

La forma que me ayuda a ser más creativa no se parece a la de una pantalla de ordenador. Tiene más que ver con libros, películas, podcast y conversaciones de paseo y bar. Todo esto son historias que pasan a mi primer estómago del tirón, y como una vaca (sin ser nada de eso yo), cuando menos me lo espero, me las llevo a la boca y ahora sí las mastico, y pasan al segundo estómago, y luego a un ‘keynote’, y luego a un cliente que a veces incluso se las traga. Esto tiene una pinta malísima en tu cabeza, pero aguántame ahí un segundo. Estoy hablando de la digestión de las ideas que es la parte más sucia y maravillosa de lo que luego será un delicado spot, una perspicaz estrategia o una auténtica ca*#da. Cuidado con lo que comes.

Tu decisión profesional importante

Mi decisión más valiente fue la de aceptar un cargo que yo creía grande para mí en ese momento. La dirección creativa de la agencia. No me había preparado para ello, la verdad, y cuando te proponen un cambio así asusta. Se vienen de golpe todas las inseguridades y el miedo al fracaso, a decepcionar a los que sí creyeron en ti. Pero me quedo con algo que me dijo una buena amiga; meterte en una caja grande asusta, se siente gigante, hay eco y a veces se pasa frío. Pero todo eso es espacio para expandirse, crecer, hacerse más grande y llegar a llenarla. Y yo, que tengo dos estómagos, imaginaos el ritmo que llevo. Y si me permitís una última observación, desde este privilegio he visto a muchos hombres instalarse en espacios amplios sin el peso de la autoexigencia. Y a mujeres, con demasiada frecuencia, pidiendo permiso incluso para entrar en sus cajas.