¿Hay que poner límites legales a la "publicidad del miedo"?

Hemos preguntado a tres figuras destacadas de la industria publicitaria de nuestro país su opinión sobre las posibles restricciones gubernamentales a la llamada "publicidad del miedo" y sus respuestas han sido tan dispares como enriquecedoras.
Jaime Lobera, Partner & Chief Strategy Officer de Apple Tree, se muestra escéptico con el papel regulador del gobierno en materia publicitaria. "Tenemos ya muchos precedentes en los que cuando el legislador se mete a regular sobre publicidad, suele hacerlo con poco conocimiento de causa o tomando ejemplos extremos como si de la norma se tratase", explica. "Por ello siempre prefiero la autorregulación, que tan buenos y demostrables resultados lleva dando en nuestro mercado desde hace décadas, a través de la responsabilidad de agencias y anunciantes, y del papel de Autocontrol y los acuerdos de muchos sectores de nuestra actividad económica. Y en último término es la ciudadanía la que suele efectuar el juicio más severo sobre las campañas que exageran y que abusan de su confianza, retirando a esas marcas de su set de referencia y consideración. No coincido con tratar a la gente con ese tono paternalista y que los subestima en su capacidad de formarse un buen juicio de valor sobre lo que ven y lo que compran".
Por su parte, Marta Oms, Head of Marketing and Customer Experience Manager de Sanitas Mayores, sí cree en la conveniencia de una regulación gubernamental pero también en un propósito de marca sólido que genere confianza: "Las posibles restricciones gubernamentales a la 'publicidad del miedo' abren un debate necesario. La publicidad tiene poder, y con él, responsabilidad. No es lo mismo mostrar un momento de verdad que explotar la ansiedad. En un entorno hipersegmentado, con públicos vulnerables —como niños o personas emocionalmente frágiles—, usar el miedo como recurso comercial es cuestionable. Regular puede ayudar a proteger al consumidor, pero más allá de la ley, toca preguntarse: ¿es ese el posicionamiento que quiero para mi marca? ¿Es coherente con la experiencia que prometo? Resulta paradójico que los informativos generen miedo a diario con imágenes y mensajes que no se regulan y, sin embargo, lo aceptamos como normal. Las marcas, en cambio, podemos elegir actuar distinto: con ética, construyendo desde la confianza. Porque generar miedo paraliza, pero generar confianza transforma".
"Creo firmemente en la libertad de expresión, también en la creatividad publicitaria. Es el terreno donde las marcas pueden diferenciarse y conectar de forma auténtica con las personas", argumenta Paco García, Executive Creative Director de Gut Madrid. "Sin embargo, cuando hablamos de sectores como la seguridad, durante años se ha abusado de un recurso fácil: el miedo positivo, esa estrategia que intenta convencer mostrando todo lo malo que podría pasarte si no contratas. Aunque eficaz, es limitado y empobrece la conversación. Hoy la creatividad tiene la oportunidad de dar un paso más: poner en el centro los beneficios emocionales que aportan estos servicios (tranquilidad, confianza, bienestar familiar, libertad) en lugar de reforzar la ansiedad. No se trata de censurar ni de encorsetar la comunicación, sino de elevarla, demostrando que se puede vender protección sin sembrar temor, apelando a la parte más aspiracional de sentirse seguro".
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