Estuvo únicamente dos años en la agencia fundada por Joaquín Lorente tras dejar MMLB pero, tal y como nos confiesa el renombrado publicitario, el talento que desbordaba Carlos Ruiz Zafón era simplemente espectacular. Empezó como redactor pero a los seis meses ya se había convertido en director creativo. Sin embargo, su gran objetivo era marcharse a Los Ángeles y vivir allí pero sorprendentemente, nos explica Lorente, no como escritor sino como compositor de música para películas. Cierto también que, como escritor, despuntó enseguida y que mientras trabajaba en la agencia ganó un concurso de literatura infantil. De hecho, de nuevo nos cuenta Lorente, con ese dinero y lo que ganaba como creativo en la agencia pudo emprender su viaje soñado. Fue, una vez establecido en la ciudad californiana, que empezó a escribir en serio.
Se le recordará sobre todo por su espectacular tetralogía de “El cementerio de los libros olvidados”, cuya primera entrega, “La sombra del viento”, publicada en 2001, vendió más de 15 millones de ejemplares convirtiéndose en la novela española más difundida después del Quijote. A “La sombra del viento” le siguieron “El juego del ángel” (2008), “El prisionero del cielo” (2011) y “El laberinto de los espíritus” (2016), su último trabajo literario.
Zafón también se caracterizó por negarse una vez y otra a que sus novelas fueran adaptadas al cine o la televisión. Las ofertas fueron continuas, según contaba el propio autor, pero siempre defendió que su obra estaba pensada únicamente para la palabra escrita y que afortunadamente no tenía la necesidad económica de vender los derechos.
Se nos va uno de los autores más grandes en lengua española de los últimos tiempos. Descanse en paz.