Mujeres al frente: ellas hablan sobre los desafíos para impulsar la igualdad

En pleno 2025 la igualdad de género sigue siendo un reto pendiente en el ámbito empresarial. Hemos conversado con varias mujeres líderes en sus entornos para que compartan con nuestros lectores los retos a los que aún nos enfrentamos como sociedad y algunos aprendizajes obtenidos a lo largo de su carrera.
Según el informe “Implantación de la Agenda 2030 en las empresas españolas del Pacto Mundial de la ONU” elaborado por Infojobs, aunque 8 de cada 10 empresas afirman haber adoptado medidas para fomentar la paridad, los datos revelan que muchas lo hacen con poca intensidad y efectividad: menos del 20% de los puestos directivos están ocupados por mujeres en casi la mitad de las compañías, y un preocupante 31% cuenta con menos del 5%.
En este contexto, hemos consultado con varias profesionales destacadas en sus sectores de actividad para que compartieran sus experiencias. Les hemos hecho dos preguntas:
- ¿Cuál considera que es el reto más significativo que aún enfrentan las mujeres en puestos de alta dirección y cómo cree que se podría abordar de manera efectiva?
- ¿Cuál consideras que ha sido el aprendizaje que has tenido a lo largo de tu carrera que pueda inspirar a otras mujeres en su camino hacia puestos de liderazgo?
Araceli de la Fuente Samper, directora de marketing y comunicación en Mitsubishi Electric:
1. Desde mi punto de vista son dos. Por un lado, romper las barreras culturales de las empresas; y, por otro, impulsar iniciativas de captación para las mujeres que logren salvar el techo que aún hoy es la maternidad, con el fin de hacer crecer el número de mandos intermedios mujeres. Si las mujeres tienen freno para llegar a los mandos intermedios, es imposible que puedan ser directivas.
2. Mi mayor aprendizaje ha sido y sigue siendo la importancia de expresar mis ideas y opiniones. Expresar tus propias ideas, en un entorno profesional, ya es en sí mismo sinónimo de liderazgo.
Celia Caño, directora general de Mediaplus Equmedia:
1. Según mi percepción, la mujer sigue estando infrarrepresentada en los puestos de media y alta dirección en las grandes empresas. No obstante, es cierto que la tendencia es de mejoría, aunque no a la velocidad que sería deseable. Sin embrago, en los puestos de altísima dirección (Presidencia y CEO) no se percibe avance alguno. A mi juicio, esto representa un serio problema, puesto que impide todos los cambios profundos de mentalidad que, de modo natural, suelen permear de arriba abajo. Sinceramente, no tengo ni idea de cómo se podría abordar para obtener resultados satisfactorios.
2. Por mi experiencia personal, cuando haces tu trabajo con el grado necesario de calidad, responsabilidad y compromiso, tus superiores (que no son tontos) saben verlo y las promociones en tu carrera se producen de modo natural. Y esto puedo decirlo sin ambages, porque he tenido la oportunidad de trabajar tanto teniendo a hombres como a mujeres como jefes. En mi percepción, mi género nunca ha sido un problema. Entiendo que, para muchas mujeres, la conciliación pueda suponer un problema relevante. En mi caso no ha sido así, ya que, en mi matrimonio, las responsabilidades siempre han sido compartidas y, además, ayuda mucho que tu pareja comprenda y conozca el mundo en el que te mueves.
Clara Tió, Chief Design Officer en VML The Cocktail:
1. No sé si es uno de los retos más significativos, pero es uno de los retos que tenemos que afrontar. A medida que nos vamos incorporando a los puestos directivos y se va normalizando la presencia de mujeres, el siguiente paso es “feminizar” o incorporar modos de hacer femeninos (colaboración, escucha, cuidado de los espacios, empatía…) que enriquecen el contexto laboral y contribuyen a que el rol de directiva sea más aspiracional, porque siento que todavía estamos más cómodas en segundos planos, siendo grandes manos derechas. Además, necesitamos modelos de referencia y de liderazgo y para hacer que estas posiciones sean interesantes, aspiracionales y queramos (y quieran) estar ahí, necesitamos vernos reflejadas. Es evidente que, cuando tenemos la oportunidad, hay que dar un paso adelante, no sólo porque nos encaja en términos de trayectoria profesional, sino desde la conciencia y responsabilidad de que estamos construyendo futuro con visión de colectivo. Pero para que esto ocurra, la responsabilidad no puede recaer sobre las mujeres en tales roles, tiene que ser un trabajo explícito, intencionado y constante, de compañía.
2. Más que un aprendizaje puedo compartir trucos que me ayudan a sentir que estoy presente en mi yo profesional… Y lo que intento es trabajar conectada a lo que me creo, a lo que se me da bien. Se me da mal trabajar para lo que me piden si está formulado en códigos exclusivamente masculinos. Necesito traducirlo a mis códigos y a lo que veo que tiene sentido desde una visión de empresa. Y otra de las cosas que estoy intentando implementar es esta idea de no hacer (o dejar de hacer) algo con una visión de trayectoria personal, intento pensar en términos colectivos y desde ahí, muchas veces tengo que dar pasos adelante que desde una visión personal no tomaría. Y de algún modo, es devolver lo que me he encontrado a lo largo de mi carrera… me he encontrado con muchas mujeres de las que he copiado todo lo que me ha gustado y, ahora, empiezo a hacerlo con los hombres -pasado por mi tamiz- para construir un entorno empresarial más rico, diverso y competitivo porque necesitamos que los contextos de liderazgo reflejen equipos más diversos, con distintas maneras de aproximar los problemas y los retos a los que nos enfrentamos.
Cristina Porta, co CEO y fundadora de Autocines Madrid:
1. Para mí, uno de los retos más significativos que aún enfrentamos las mujeres en puestos de alta dirección es la persistencia de estereotipos y sesgos inconscientes que nos exigen demostrar constantemente nuestra valía. A menudo, se espera que las mujeres lideremos con un equilibrio casi imposible entre firmeza y empatía, mientras que a los hombres se les reconoce el liderazgo sin tantas condiciones. Para abordar esto de manera efectiva, es fundamental que las empresas promuevan una cultura basada en el talento y el mérito, independientemente del género. La educación y la visibilización de referentes femeninos en el mundo empresarial también son clave para romper barreras y demostrar que el liderazgo no tiene género. Además, políticas que fomenten la conciliación laboral y familiar, tanto para mujeres como para hombres, ayudarían a equilibrar las oportunidades en el largo plazo.
2. El mayor aprendizaje que he tenido a lo largo de mi carrera es que el liderazgo no se trata de encajar en un molde preestablecido, sino de atreverse a crear el tuyo propio. Al principio, sentí la presión de cumplir con ciertas expectativas, pero con el tiempo entendí que ser fiel a mi visión, confiar en mi intuición y rodearme de un equipo con el que compartir pasión e ideas es lo que realmente marca la diferencia.A las mujeres que aspiran a puestos de liderazgo, les diría que no esperen el momento "perfecto" ni el permiso de nadie para tomar decisiones y avanzar. La confianza en una misma se construye con cada reto superado, y los errores forman parte del camino. Liderar con autenticidad y determinación no solo abre puertas, sino que también inspira a otras mujeres a hacer lo mismo.
Eloisa Siclari, directora general de Zalando para España e Italia:
1. Uno de los retos más significativos que enfrentan las mujeres en puestos de alta dirección es la existencia de un 'privilegio masculino invisible'. Este concepto, explica cómo las dinámicas empresariales están diseñadas, en muchos casos, en torno a comportamientos tradicionalmente masculinos, lo que genera una ventaja tácita para los hombres. Por ejemplo, los hombres tienden a ser evaluados por su potencial, mientras que las mujeres suelen ser juzgadas en función de sus logros comprobados. Además, las características asociadas con un liderazgo efectivo –como la asertividad o la ambición– se perciben positivamente en los hombres, mientras que, en las mujeres, esas mismas cualidades pueden ser vistas como agresivas o poco colaborativas. Para abordar este desafío de manera efectiva, es fundamental revisar los criterios con los que evaluamos el liderazgo. Debemos ampliar la definición de lo que significa ser un buen líder, reconociendo y valorando una mayor diversidad de estilos y habilidades. Es importante formar a quienes toman decisiones de promoción para que sean conscientes de estos sesgos y garantizar que los procesos de evaluación y desarrollo profesional sean verdaderamente equitativos. Por ello en Zalando hemos implementado diferentes estrategias que cubren desde la contratación de talento nuevo, el desarrollo y la promoción de talento interno, así como una cultura laboral para atraer y retener al talento femenino. Otro aspecto crítico es el apoyo a las parejas de mujeres en puestos de liderazgo. En muchos casos, los hombres en altos cargos cuentan con una pareja que asume un rol de soporte en el ámbito familiar, lo que les permite concentrarse plenamente en sus carreras. Para que más mujeres accedan y prosperen en la alta dirección, es esencial que las políticas empresariales respalden y normalicen que sus parejas –hombres o mujeres– también asuman roles de cuidado. Medidas como permisos parentales igualitarios, flexibilidad laboral real y programas que fomenten la corresponsabilidad no solo benefician a las mujeres, sino que también permiten que las parejas compartan equitativamente las responsabilidades familiares. en definitiva, para avanzar hacia una verdadera igualdad en la alta dirección, necesitamos una combinación de políticas más inclusivas, una redefinición de las cualidades de liderazgo y un compromiso firme por parte de las organizaciones para crear entornos donde tanto mujeres como hombres puedan desarrollarse plenamente, en sus carreras y en sus vidas personales.
2. A lo largo de mi carrera, uno de los aprendizajes más valiosos que he tenido es la importancia de visibilizar y normalizar el liderazgo femenino. Fui afortunada al comenzar mi trayectoria en P&G, donde trabajé con mujeres en puestos muy altos dentro de la organización. Verlas liderar con éxito hizo que, desde el principio, me pareciera natural aspirar a llegar a esos niveles. Muchas de esas mujeres, que fueron referentes para mí, están de hecho mencionadas en el libro 'Why Men Win at Work', escrito por una de mis primeras jefas en P&G. Es un libro que desearía haber leído al inicio de mi carrera y que he regalado a todas las mujeres que he mentorizado. Ofrece una visión clara de las dinámicas de poder en el entorno laboral y ayuda a identificar patrones que a menudo frenan el crecimiento profesional de las mujeres. Otro aprendizaje fundamental ha sido entender que somos las principales responsables de impulsar nuestra carrera. A las mujeres se nos educa, en muchos casos, para trabajar duro, comportarnos bien y esperar que el reconocimiento llegue solo. Los hombres, en cambio, suelen recibir el mensaje de ser más directos al pedir lo que quieren, ya sea una promoción, un proyecto de alto impacto o un aumento de salario. Es fundamental cambiar esa mentalidad: nadie abogará por tu crecimiento mejor que tú misma. Hay que ser intencional al hablar de nuestras aspiraciones, al pedir oportunidades y al negociar condiciones que reflejen nuestro valor. Al mismo tiempo, también es importante reconocer que, a veces, incluso cuando hacemos todo esto, las cosas no avanzan como deberían. Y cuando eso ocurre, vale la pena cuestionarse si estamos en la organización adecuada. Si un entorno no valora tus capacidades o la diversidad que aportas, no tengas miedo de buscar un lugar que lo haga. A veces, el mayor acto de autoliderazgo es saber cuándo es momento de seguir adelante hacia un espacio donde puedas crecer plenamente. Por eso valoro especialmente mi experiencia en Zalando. Aquí siento que mi talento ha sido reconocido, he tenido la oportunidad de crecer dentro de la compañía, y veo el compromiso real que existe hacia la diversidad, la inclusión y el liderazgo femenino.
Natacha Montenegro, directora de comunicación para la región Europa, Oriente Medio, África e India:
1. A pesar de los avances logrados en materia de igualdad de género, considero que uno de los principales retos que seguimos enfrentando las mujeres en puestos de alta dirección es la conciliación entre la vida personal y profesional. En sectores como logística y transporte, donde me desempeño, he visto un progreso significativo: cada vez hay más mujeres ocupando posiciones directivas e incluso operativas, lo cual muestra un cambio positivo en la cultura empresarial. Sin embargo, las exigencias de estos roles, sumadas a la carga que muchas mujeres aún asumen en el ámbito familiar, siguen representando un desafío importante. A esto se suma un factor que no siempre visibilizamos: muchas veces nosotras mismas ponemos en duda nuestras capacidades o méritos, lo que conocemos como síndrome del impostor. En general, los hombres tienden a sentirse más seguros de su preparación y a dar el paso hacia posiciones de mayor responsabilidad con mayor confianza. Por eso, es clave que trabajemos en fortalecer nuestra autoconfianza, reconocer el valor de nuestras competencias y asumir que estamos tan preparadas como cualquier otra persona para ocupar estos espacios de liderazgo. Además, resulta fundamental que impulsemos redes de apoyo entre mujeres y fomentemos un entorno de trabajo donde nuestros compañeros masculinos también se involucren activamente en promover la igualdad. La verdadera transformación se logra cuando el impulso hacia un liderazgo diverso e inclusivo es un esfuerzo conjunto.
2. Uno de los aprendizajes más valiosos que he tenido a lo largo de mi carrera, y que considero clave para inspirar a otras mujeres en su camino hacia puestos de liderazgo, es la importancia de rodearse de una red de profesionales de confianza, personas con experiencia de quienes podamos aprender y a quienes podamos acudir cuando surjan dudas o desafíos. Buscar consejo y apoyarse en otros no es una muestra de debilidad, sino de inteligencia estratégica. Aprender de quienes ya han recorrido el camino es una forma muy eficaz de acelerar el propio desarrollo y tomar decisiones con mayor seguridad. A este aprendizaje sumaría otro igual de relevante: mantener siempre una mentalidad curiosa y abierta al aprendizaje continuo. Vivimos en un entorno donde la tecnología y la transformación digital están cambiando la manera en que operan prácticamente todos los sectores, incluida la comunicación. Por eso, creo que es fundamental mantenerse al día, no solo dentro de la propia empresa, sino también observando lo que ocurre fuera: qué tendencias están marcando el futuro, qué innovaciones pueden ser oportunidades y cómo podemos anticiparnos a los cambios.
Ser proactivas en este sentido, tener esa inquietud por aprender y evolucionar constantemente, es una cualidad que marca la diferencia en cualquier líder. Y, por supuesto, sumado a esto, creo firmemente en el valor de construir redes de apoyo, así como en fomentar una cultura donde trabajemos de la mano con nuestros compañeros masculinos para seguir impulsando un liderazgo diverso, inclusivo e innovador.
Solange Cummins, responsable de prensa de Microsoft en España:
1. Aunque se percibe avance, queda camino por recorrer. Los retos varían según los sectores. El mayor reto, en general, es entender la diversidad y la inclusión como un valor que enriquece los equipos y la necesidad de dar visibilidad al talento femenino. En Marketing, y especialmente en Comunicación corporativa, hay un número muy significativo de mujeres, con mayor facilidad para acceder a puestos de alta dirección. En cambio, hay otros sectores donde no es así. Sólo el 5% de las mujeres trabajan en campos científicos y tecnológicos sobre el total de mujeres ocupadas en España. Debemos esforzarnos en conseguir representación de talento femenino, por ejemplo, en el entrenamiento algoritmos y desarrollo de IA para que algún día no incluya sesgos. Asimismo, crear referentes y hacerlo desde edades tempranas. Por ejemplo, desde Microsoft, a través de voluntariado con empleados en colegios, animamos a las niñas a considerar estudiar disciplinas STEM; premiamos junto a CaixaBank a las estudiantes STEM más brillantes; y galardonamos a las mujeres líderes con los Microsoft Power Women in Tech Awards. Por otra parte, desde Margarita Bly, asociación de la que soy miembro, inspiramos a las futuras comunicadoras y periodistas para que abracen la Tecnología, la Ciencia y la Innovación como un campo muy relevante donde poder desarrollar sus carreras, justamente para reducir esa brecha de género que existe a día de hoy. En estos sectores tradicionalmente masculinizados, el reto en sí es llegar a esos puestos de alta dirección por la escasez de mujeres. Afortunadamente, desde hace tiempo, hay empresas que están trabajando para que, al menos, haya una mujer en la lista de finalistas de un proceso de selección y, por esa razón, ya hay muchas de ellas ocupando altos cargos. En Microsoft, ha habido momentos en los que más del 50% de los miembros del Comité de dirección en España eran mujeres.
2. Hay que tener confianza en ti misma y promover un entorno en el que te dejen ser y crecer. En Microsoft, tenemos un fuerte compromiso con la diversidad y la inclusión, como parte de nuestra misión como compañía. Lo más importante es disfrutar de tu trabajo, arriesgar y perseverar hasta encontrar el espacio en que puedas desarrollarte. Eso se consigue siendo muy vocal. Si no explicas qué te motiva es muy complicado que un manager pueda ayudarte.
Susana Vila, directora de marketing y comunicación de Relyens España:
1. A lo largo de mi trayectoria en dirección de marketing y comunicación, he visto avances importantes en materia de igualdad, pero el reto más significativo sigue siendo el acceso equitativo a roles estratégicos y la toma de decisiones clave. Muchas mujeres llegan a puestos de alta dirección, pero aún enfrentan barreras para ocupar espacios donde realmente se definen el rumbo y la estrategia de las empresas. Las mujeres no necesitan "adaptarse" a modelos tradicionales de liderazgo; lo que necesitamos es transformar las estructuras para que el talento –sin importar el género– sea el verdadero motor de crecimiento empresarial. Solo así lograremos una igualdad real y duradera.
2. La formación, el esfuerzo y la constancia son claves. El trabajo en equipo, la ilusión, la curiosidad por aprender cosas nuevas, la resiliencia y, por qué no, el buen humor, han sido esenciales para afrontar los desafíos a los que me he enfrentado y convertirlos en oportunidades. Otro factor que considero relevante es fomentar un buen clima laboral que invite al diálogo, permitiendo el desarrollo de las habilidades de todo el equipo y el intercambio de ideas innovadoras. Considero que también es muy importante contar con una red de apoyo que confíe en tu talento, y te impulse a crecer. El liderazgo femenino no es importante únicamente para llegar lejos, sino también para abrir camino e inspirar a otras mujeres.
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