La paradoja de apostar por "lo seguro"

El 50% de los anuncios generan menos "engagement" que un vídeo de vacas pastando. Este dato, extraído del estudio “The Extraordinary Cost of Dull” de System, debería encender todas las alarmas.
El estudio monetiza el coste real de las campañas poco atrevidas: una campaña “segura” requiere 10 millones de dólares adicionales para igualar los resultados de una campaña memorable y diferenciadora. Es decir, gastas más y consigues el impacto de un vídeo de vacas. Como dijo Seth Godin, “Being safe is risky”.
Es una verdad de la que tampoco nos libramos aquí. Basta un bloque publicitario o pasearse por las calles de cualquier ciudad española para detectar mensajes diluidos en el ruido.
Nadie busca la mediocridad. Queremos ideas atrevidas, que rompan con lo convencional y conecten genuinamente. El peligro está en acabar cayendo en la falsa seguridad. Aquí está la paradoja: las ideas más creativas suelen percibirse como una amenaza para el negocio, cuando la realidad es diametralmente opuesta. Las campañas disruptivas generan hasta seis veces más negocio que aquellas que se aferran a los mensajes de siempre. Ante esta evidencia, surge una pregunta: ¿por qué invertir más recursos en un mensaje que tendrá un impacto seis veces menor?
Dejemos de alimentar el miedo y apostemos por la valentía, conectando con las emociones, aportando un punto de vista, contando historias y desafiando los convencionalismos. Ser valientes es el motor del crecimiento: el futuro de las marcas depende de ello.
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