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¿Cómo incorporan la sostenibilidad en las consolas de videojuegos?

¿Cómo incorporan la sostenibilidad en las consolas de videojuegos?
Lunes, 10 de julio 2023

Un estudio independiente de 2019 llegó a la conclusión de que el proceso de fabricación y distribución de una consola Playstation 4 emite unos 89 kg de dióxido de carbono, la mayor parte de los cuales corresponden al desarrollo de la electrónica interna del aparato. El sector de los videojuegos ha tomado nota y ya está buscando soluciones "verdes".

Hoy en día muchas industrias están adoptando modelos de producción que tienen en cuenta la sostenibilidad. Por ejemplo, en la industria textil son cada vez más las compañías que buscan reducir el impacto ambiental, así como también mejorar las condiciones laborales y garantizar que la cadena de suministro sea sostenible. Si bien estos lineamientos han sido adoptados por muchas industrias, ¿sucede lo mismo con los videojuegos? Y, más específicamente, ¿qué impacto ambiental tienen los fabricantes de consolas? ¿Tienen planes de producción sostenibles? 

El impacto ambiental de las consolas

En el mundo de los videojuegos hay que saber distinguir entre dos participantes clave, con problemáticas distintas: los desarrolladores y distribuidores de videojuegos, y los fabricantes de consolas como Nintendo, Sony y Microsoft. En el caso del primer grupo, una manera de reducir el impacto ambiental de sus productos es reducir la distribución de productos físicos y aumentar la oferta de juegos para descargar. Esto evita no solo utilizar recursos energéticos y materiales para la producción, sino también el transporte de los juegos hasta las tiendas.

Lamentablemente, los fabricantes de consolas no cuentan con esta ventaja, ya que una consola no puede ser descargada. Para producirlas se necesitan metales y lantánidos (tierras raras), lo cual genera grandes emisiones de carbono, además del impacto ambiental de la minería. Para transformar estos elementos en CPUs o GPUs, se requiere ingeniería de precisión, lo cual es muy costoso energéticamente. 

Pero la historia del impacto de las consolas en el ambiente no termina allí. Las consolas más modernas pueden generar gráficos en UHD, mundos complejos y experiencias de juego ultrarrealistas. Todo ello consume mucha energía. En promedio, las últimas consolas de Sony y Microsoft utilizan unos 200 W de electricidad, lo que las ubica como uno de los electrodomésticos que más energía requiere. Además, según un estudio de Credit Suisse, jugar a una Playstation 4 de forma intensiva genera unos 163 kg de dióxido de carbono anuales. Sin embargo, está lejos del impacto ambiental de un ordenador al que se le da el mismo uso, que es alrededor de 450 kg anuales.

Las consolas se tornan verdes

Si bien las consolas consumen energía considerable, la consola Switch de Nintendo es una honorable excepción. Esta consola utiliza solamente 35 W para generar gráficos en 1080p. Esto se pudo lograr gracias a que tiene una batería interna, con lo cual su diseño es más eficiente que sus competidores. No obstante ello, la Nintendo Switch no puede ofrecer la misma calidad gráfica que las consolas Xbox y Playstation de última generación. Esta limitación hace que la consola no sea capaz de satisfacer a todos los consumidores de videojuegos, ya que muchos de ellos consideran el detalle gráfico como una de las características más importantes.

Sin embargo, estas compañías se encuentran activamente buscando soluciones. En 2008, Walmart inició el “Green Gaming Summit”, en el cual Nintendo, Microsoft y Sony se unieron al National Resources Defense Council de Estados Unidos con el objetivo de que la industria sea más verde. Uno de los más recientes intentos sucedió en 2019, cuando Microsoft produjo 825 000 consolas Xbox de impacto neutro. La compañía lo logró utilizando energías renovables en la producción, y las emisiones generadas fueron utilizadas por una planta de biogás en Sichuan, China. Esta planta utiliza las emisiones para proveer electricidad a casas rurales. Estas compañías también han incorporado objetivos a largo plazo. Por ejemplo, Sony se propuso como objetivo no tener ningún impacto ambiental para 2050 y Microsoft quiere ser “carbono negativa” para 2030.

 

 

Sustentabilidad en videojuegos

Las empresas también parecen proponerse el objetivo de difundir el mensaje de sostenibilidad a través de los videojuegos. Sony ha lanzado el juego Horizon Forbidden West, en el cual la acción transcurre en un mundo postapocalíptico. La temática central del juego es el cambio climático. Pero además de ello, tiene una propuesta ecológica en la vida real: la fundación Arbor Day planta un árbol cada vez que un jugador consigue un determinado trofeo en el juego. Esto significa que un jugador puede generar un cambio positivo por solo disfrutar del juego.

Como se puede ver, las empresas de videojuegos están tomando cartas en el asunto para generar un futuro más sostenible.


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