Ubicada en el barrio neoyorquino de Queens y dotada con cinco habitaciones, la casa en la que vivió Donald Trump de niño acaba de ser alquilada por la ONG Oxfam América. La idea es alojar a cuatro refugiados -dos procedentes de Somalia, uno de Siria y otra de Vietnam- con el fin de lanzar un mensaje a los dirigentes mundiales reunidos en la Asamblea General de la ONU: “Los refugiados son bienvenidos”.
Esta campaña no puede ser más oportuna, ya que en los próximos días el presidente de EE.UU tendrá que decidir el número de refugiados que acogerá su país en el año 2018 y el Tribunal Supremo deliberar sobre el veto migratorio de Trump.