Tal y como cuenta Julio Mendoza en su Briefblog, Unicef ha hecho buen uso del llamado marketing de guerrilla o street marketing.
En las calles de Zurich, el organismo internacional colocó pegatinas que por el lado que pegaban se camuflaban con el suelo y por el otro simulaba ser una mina. De esta forma, la gente que sin darse cuenta las pisaba, al quitárselas podía ver el mensaje transmitido, apoyado en el claim "In many other countries you would now be mutilated! Help the victims of landmines!" (En otros países, ahora estarías mutilado. Ayuda a las víctimas de las minas antipersonales).