Los húngaros pueden donar el 1% de sus impuestos a la organización social de su elección. Para acaparar el mayor número de contribuciones la organización ecologista WWF puso en marcha en un centro comercial húngaro una original acción de guerrilla. Dos chicos disfrazados de osos panda -el logotipo de la organización- repartieron un único folleto que fue pasando de mano en mano: un oso se colocó al pie de la escalera mecánica que iba de subida, mientras que el otro se plantó al inicio de la escalera que iba de bajada. Las personas que aceptaban el folleto de manos de uno de ellos tenían, así, todo el trayecto de escalera para leer su contenido. Una vez leído, se lo devolvían al oso que les esperaba al otro extremo. ¿Resultado?, el flyer más ecológico del mundo. Esta acción se complementó con una campaña online en la web de WWF y blogs afines a su causa.