“Suede Gully” es el nombre de la polémica campaña de Puma que ha desatado la ira de muchos. Y es que la marca de artículos deportivos no se ha cortado un pelo al pintar con grafitis de colores las paredes de un barrio centenario de la ciudad de Nueva Delhi (India). Portavoces de Puma han declarado que tenían todos los permisos para modificar las fachadas y rodar el anuncio, cuyo objetivo era “capturar el espíritu de las calles del país”. Para ello, muestran a raperos y bailarines de hip hop actuando en varios puntos de la ciudad, incluidos los trenes de Bombay.
Las críticas no se han hecho esperar y son muchas las voces que protestan por el daño irreparable que se ha hecho a edificios con gran valor patrimonial.
Hay que reconocer, sin embargo, que las autoridades de Nueva Delhi suelen hacer la vista gorda ante sus propias normativas, debido a su falta de recursos. Además, algunos dueños de los edificios dañados alegan que ellos mismos dieron el permiso a la productora para embellecer sus fachadas.