La violencia de las armas en EE.UU empieza a ser una cuestión de estado y Burger King ha querido combatirla con una campaña que propone un curioso reto a sus clientes y seguidores: llevar la munición de las armas que guardan en sus casas a los establecimientos de la marca, cuyos cocineros utilizarán la pólvora de balas y cartuchos para prender las parrillas. Porque hay fuegos que provocan mucha alegría y otros que no hacen más que generar desgracias.